Cuando un bebé esquiva la anemia, gana el Perú
Por: Javier Álvarez
REFLEXIONES
Ni un día sin hierro, que la anemia no los alcance es el pedido que Unicef, el Grupo RPP y el Ministerio de Salud hacemos a las familias para que cuiden a las gestantes y bebés de su entorno de la anemia, enfermedad que tiene en jaque al mundo, pues 40% de los niños menores de 5 años la padecen.
La gravedad de que la anemia se presente en la infancia radica en que afecta el desarrollo infantil temprano. Es durante los primeros tres años cuando el desarrollo cerebral atraviesa su mejor momento, llegando a producir hasta 700 conexiones neuronales por segundo. Cuando la anemia alcanza a un bebé afecta este proceso y consecuentemente puede restar hasta en 9% su capacidad de aprender. Por eso preocupa que en el Perú en promedio el 43% de los bebes tenga anemia, y que en zonas rurales esta enfermedad afecte a la mitad de los niños y niñas menores de 36 meses (50.3%).
La estrategia peruana de dotar gratuitamente con suplemento de hierro a cada gestante y bebé desde que cumple los cuatro meses es acertada, pero requiere afinarse hasta asegurar que el producto realmente sea consumido, y complementarse con medidas que convocan el compromiso del entorno familiar, y de acciones intersectoriales que las faciliten.
Ahora que casi dos millones de personas viven en pobreza extrema, el Estado debe asegurar que los alimentos nutritivos y el agua segura estén al alcance de todas las familias. El sector privado puede ser un gran aliado para lograrlo.
En buena hora que el Perú ya cuenta con un plan multisectorial al 2030 para prevenir y curar la anemia y con programas de transferencias monetarias condicionadas como Juntos, que está contribuyendo con la prevención de la anemia al asegurar que más niños y niñas reciban el suplemento de hierro y se realicen el dosaje de hemoglobina.
Rutas para ganarle a la anemia ya empiezan a surgir. Huancavelica, región a la que acompañamos desde el 2017 en su trabajo por la niñez, redujo la anemia en ocho puntos porcentuales entre el 2022 y el 2023. Lo hizo mejorando la calidad del paquete de atención integral de salud para la primera infancia, llevando agua potable y saneamiento a más hogares y promoviendo la crianza de animales menores para favorecer el consumo familiar de proteína animal.
Cuando se incrementa la pobreza es cuando más y mejor se debe invertir en prevenir la anemia. Hacerlo es cumplir la promesa de salud y cuidado hecha a la niñez hace 35 años al firmar la Convención sobre los Derechos del Niño, pero, además, es una jugada maestra porque forjará una generación con mayor potencial para aportar al desarrollo del país. Cuando un bebé esquiva la anemia, gana todo el Perú.