Por: Carlos Meneses

La Policía no puede seguir siendo maltratada en el Perú, el Ejecutivo tiene la obligación de respaldar su tarea dándole las herramientas que requiere para su modernización y eficiencia.

Las expresiones del ministro del Interior, Juan José Santiváñez han sido suficientemente claras para conocer en qué condiciones le ha sido entregado el despacho responsable de la seguridad colectiva y de qué forma ha sido maltratada la institución por parte de los regímenes e incluso del actual gobierno. La Policía requiere de 50 mil efectivos y de su adecuado tratamiento para hacer frente a la ola delincuencial. En una sesión privada, por lo delicado del tema, también se expuso tal realidad al Congreso de la República.

El ministro Santiváñez ha precisado que faltan, además de patrulleros y motos, chalecos antibalas, armamento adecuado y moderno. Así como una probable reestructuración del comando policial.

La verdad que las cifras alarman y preocupan a una ciudadanía que se sabe descuidada por parte de un Poder Ejecutivo y de un Congreso que no supo atender los requerimientos indispensables para proteger a 33 millones de peruanos, con un servicio de inteligencia descuidado y finalmente maltratado en remuneraciones, asistencia hospitalaria y toda clase de limitaciones económicas para la tarea que cumplen.

No se construyen locales policiales, las escuelas son insuficientes y a veces, como es el caso de Arequipa, tienen un lugar de formación que carece de agua potable. Necesitan también de unidades, no existe un solo patrullero en el Perú que pueda soportar balas de delincuentes. El más reciente y espectacular caso de secuestro ha evidenciado en qué condiciones desfavorables la Policía ha logrado hallar a mujer retenida durante 11 días.