Cuentos dos veces contados

Por Roberto Zeballos Rebaza

“Cuentos dos veces contados” me parece dos cosas a la vez: un aporte académico y el trabajo de alguien que ama la literatura, que lee con el ojo del amor, el ojo que conoce y siente el valor de la escritura de la ficción literaria. En este sentido, se trata de un libro que aporta a los cuentos que analiza un elemento creativo en sí mismo. Hace que la lectura crezca, se acreciente y dé lugar a un texto adicional que siendo él mismo creación enriquece al texto del cual trata.

Para dar un ejemplo del trabajo que contiene “Cuentos dos veces contados” quiero referirme a uno de los cuentos estudiados. Se trata del escritor francés Albert Camus titulado “El huésped”. Este cuento, que se considera un clásico de la literatura contemporánea, pone en escena tres personajes: un profesor de origen argelí pero de ascendientes franceses, un gendarme de la guardia francesa y un árabe nativo de Argelia. El escenario es Argelia. Esos tres personajes interactúan en el cuento de la siguiente manera: mientras el profesor, de ascendencia francesa pero nacido en Argelia está esperando en una escuela vacía, porque los alumnos no han podido asistir debido a la inclemencia del clima se acerca el gendarme trayendo como prisionero al árabe, para entregar al árabe a este profesor. El gendarme se va y se crea una situación muy interesante entre el profesor y el prisionero árabe, al cual el profesor tiene que entregar a las autoridades francesas para ser juzgado por un supuesto crimen. En esta interacción el profesor manifiesta a través de un diálogo muy parco, un profundo conflicto que tiene que ver con la situación de colonización de Argelia por parte de los franceses, que tiene que ver con los conflictos de identidad de este profesor de habla francesa pero que ha nacido en este territorio al cual él ama, y por otro lado el conflicto que surge a raíz de que el personaje de origen árabe ha cometido un hecho que se considera un crimen a ser sancionado por la autoridad francesa y que en el contexto cultural de las poblaciones árabes tiene otro tipo de tratamiento, otro tipo de penalidad, distinta de la aquella que impone el colonizador.

Esta situación tiene una serie de niveles de lecturas, de aspectos que el cuento mismo, apunta sin ponerlas de manifiesto, de manera que el lector tiene la tarea de hacerse las preguntas, profundizar en el texto y darse cuenta de los múltiples problemas políticos, psicológicos, etnológicos que plantea el texto.

La posibilidad de hacer esta tarea es lo que Willard Díaz pone como un servicio al lector de su “Cuentos dos veces contados” al abrir las posibilidades de lectura del cuento.

Porque en sí el cuento, como toda gran obra literaria, tiene la posibilidad de muchas lecturas, las grandes obras literarias se caracterizan por dos cosas, en mi opinión. Porque pueden ser leídas en cualquier época sin perder vigencia; por ejemplo podemos leer “Hamlet” a pesar de que no somos ni daneses ni nobles ni reyes ni vivimos en el siglo XV. Sin embargo esa obra tiene relevancia para nosotros, hombres del siglo XXI, que han visto cómo personas en una nave espacial han llegado a la luna. Cosa que sería inconcebible para cualquiera del siglo XV. Pero “Hamlet” sigue siendo relevante para nosotros, porque los niveles de lectura y significación son múltiples, y alcanzan para distintas épocas y distintas clases de personas, porque tiene algo que es a la vez común y misterioso, es decir la esencia de los problemas del ser humano.

Lo mismo cabe decir de “El huésped”, es un cuento que no se agota en la primera lectura sino que trae una serie de problemas, cuestionamientos, preguntas sin respuesta. Y precisamente esa forma de plantear, por el estilo del narrador, es parca, misteriosa, da lugar a una serie de interrogantes que acucian a cualquier lector, y el solo hecho de comprender la diversidad de preguntas que hay en el cuento es razón suficiente para que el de Albert Camus pueda ser considerado una gran obra literaria.

Precisamente lo que hace el profesor Willard Díaz es abrir una puerta de acceso a este tipo de lectura, una lectura atenta, profunda, que busca indagar qué hay más allá de las simples palabras de un texto literario. Y eso es precisamente lo que un académico y un amante de la literatura hace. Sin perder como objetivo la belleza del texto lo analiza sin caer tampoco en la monstruosa execración teórica que termina opacando al original; lo analiza evitándolo y dando lugar a una lectura nueva, creativa y profunda.

Eso es, creo yo, lo que hay en este libro del profesor Willard Díaz. Conocimiento, erudición y amor, sin ellos este libro no hubiera podido existir, hubiera sido un libro imposible. Tenemos un texto que es a la vez creativo e iluminador de otros textos. De eso trata “Cuentos dos veces contados”.

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