Cuesta, el papá goleador y con más paciencia

El goleador e ídolo del FBC Melgar, Bernardo Cuesta tiene dos hijas y un pequeño niño. Su esposa Ornella Mancini lo considera un gran padre, compañero de vida y sobre todo una persona con mucha paciencia cuando está fuera de las canchas en otra clase de partidos en los que tiene que lidiar como el engreidor.

La vida de Bernardo Cuesta dio un giro cuando llegó a Arequipa en el año 2012. Desde que se puso la camiseta del FBC Melgar, a los 22 años, ha vivido tantas historias que seguramente hoy se le hace complicado recordarlas. Sin embargo, hay tres momentos presentes siempre, son el nacimiento Sara, Alina y Piero, sus tres hijos el fruto del amor con su esposa Ornella Mancini.

El hincha que ve al goleador eufórico, muchas veces fuera de sí, en la cancha de fútbol no imagina que en la casa es como un pan de Dios y sobre todo el que pone la gran cuota de paciencia y engreimiento cuando las cosas están encendidas por la obvia inquietud de tres seres amados que crecen y crecen.

“Bernie es un gran compañero, gran padre. Como lo ven en la cancha o fuera de ella es en la casa. Solidario, querendón, juguetón, y con más paciencia que yo, sobre todo eso”, cuenta Ornella, la enamorada, novia y esposa con la que se conocieron en Álvarez, en su natal Argentina. Si es que Cuesta pierde la paciencia ante un mal resultado o arbitraje, todo lo contrario sucede cuando está con sus hijos en casa.

Los cuatro forman una pequeña barra en las butacas del estadio. Vestidos de rojinegro alientan al papá en todos los partidos. En la sangre llevan el deporte que también practicó el abuelo Gabriel y el bisabuelo Abelardo. Lo más seguro es que el pequeño Piero siga sus pasos con los zapatitos bien puestos. No han faltado ocasiones en que la emoción desbordó con una espera en la puerta del aeropuerto luego de un gran triunfo o una dolorosa caída. Varias veces Cuesta fue recibido con carteles en mano, las lágrimas no faltaron.

«Son el soporte de todo, los que me entienden cuando uno tiene bronca o me acompañan en los ratos de felicidad. Lo son todo», dijo Cuesta en alguna ocasión.

De los 186 goles del papá melgariano, el que más recuerda Ornella, el que la conmueve hasta el borde del llanto es el del campeonato del 2015, significó el título ante Sporting Cristal. Después de marcar, Cuesta corrió hacia la tribuna llorando. Mandó un beso y estiró la mano con dirección a su compañera de toda la vida y su pequeña hija. “Íbamos a ser campeones, imagínate la alegría. Es el momento que todo jugador quiere dárselo a su familia”, dijo.

Ornella considera que el calor de hogar le da estabilidad a los jugadores. “En casa transmitimos fortaleza. A veces las expectativas son grandes y no se pueden cumplir. Ahí está nuestro apoyo para que al otro día se puedan levantar con las mismas ganas de entrenar y con los mismos objetivos. Como esposa se tiene que aguantar el estado de ánimo con un mal resultado. Es parte de todo trabajo. La familia está para apoyarlos”, afirmó.

Hoy es seguro que la gran cantidad de familias argentinas que alberga el FBC Melgar se reunirán para festejar el Día del Padre. Muchos jugadores tienen hijos e hijas arequipeñas. Las esposas también hablan de fútbol cuando es pertinente, preparan mate, disfrutan un asado. Cuando hay algún problema o emergencia siempre hay una mano amiga que apoya.

Finalmente, Ornella aprovecha la ocasión para enviar un mensaje a los miles de hinchas melgarianos. “Agradecerles por el aguante, apoyo. Pedirles que nunca dejen de alentar. Comprendan que los futbolistas son humanos, que detrás de ellos hay una familia”, culmina.

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