La vulnerabilidad económica en Arequipa y la necesidad de generar ingresos sostenibles

Por Claudia Benavides, Investigadora Principal de Videnza Consultores.

VIDENZA INFORMA

Recientemente el INEI publicó los datos de pobreza del año 2023, generándose un oportuno debate sobre la necesidad de implementar acciones inmediatas que no sólo alivien al 29% de la población que se encuentra en dicha situación, sino que además se provean soluciones sostenibles a largo tiempo. En esta misma línea, la agenda de discusión debe contemplar además de la atención a la población vulnerable económicamente, un paquete de medidas que contribuyan a disminuir los riesgos a que esta población caiga en situación de pobreza el día de mañana.

Según las cifras del INEI, en el 2023 el 31.4% de los peruanos se encontraba en riesgo de caer en pobreza monetaria. Es decir, 10 millones 590 mil personas se encontraban en situación de vulnerabilidad económica, viviendo con un gasto individual superior a S/ 466 (costo de la canasta básica) pero menor a S/ 727 cada mes, pero que, ante cualquier shock externo como la pérdida de empleo, un desastre natural, costosos tratamientos médicos o otros factores de riesgo, pueden caer en pobreza.

El departamento de Arequipa presenta uno de los menores índices de vulnerabilidad a nivel nacional, así en el 2023, el 27.2% de dicha población se encontraba en situación de vulnerabilidad monetaria, muy por debajo del promedio nacional de 31.4%. Sin embargo, se debe de tomar en cuenta que la vulnerabilidad económica surge principalmente cuando los ingresos constantes de una persona son insuficientes para cubrir sus necesidades básicas y, al mismo tiempo, no pueden generar ahorros para afrontar situaciones de riesgo. Por ello, es fundamental generar las condiciones necesarias para un crecimiento económico local sostenido.

En esta línea, la vulnerabilidad responde también a la precariedad del mercado laboral, y poca capacidad de generar de condiciones para la formación del capital humano, vinculado al desarrollo infantil temprano y el tener mejores logros de aprendizaje. Pero en términos de cifras, se tiene que el 5.2% de la población económicamente activa en Arequipa se encuentra sin empleo, siendo una de las más altas a nivel nacional; y que el 69.0% de los trabajadores son informales, lo que refleja una preocupante precarización del empleo generando inestabilidad para lograr acumular activos tangibles y mayores niveles de ahorro. Para seguir reduciendo la vulnerabilidad, Arequipa requiere generar mejores condiciones económicas y productivas, tomando en cuenta la cadena de valor de los diferentes servicios y actividades del territorio que permita una mayor participación de diversos actores económicos en la región.

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