Según Odría fue un milagro revocar a Bustamante en 1948

Por Carlos Meneses Cornejo

Lo atribuyó a La Candelaria de Cayma y al Cristo Morado.

ESPECIALES: LOS AREQUIPEÑOS QUE YO CONOCÍ

Manuel A. Odría.

El general Manuel Odría, quiso, desde que dejó de ser ministro del Interior del presidente José Luis Bustamante y Rivero- luego del asesinato del director del diario La Prensa- volver al poder realizando una revolución restauradora que debía iniciarse en Arequipa. En tal afán no vaciló en iniciarla el 27 de octubre de 1948 y 3 días después, en el penúltimo día del mes, se fue con un impresionante cortejo a Cayma a visitar a la Virgen de La Candelaria que había sido coronada por el primer cardenal, arequipeño por añadidura, Juan Gualberto Guevara.

Habló con el párroco que era monseñor Erasmo Hinojosa y le ofreció ayuda económica para el culto. En cumplimiento de tal promesa y a través del coronel Daniel Meza Cuadra que era jefe de la Región Militar de Arequipa hizo llegar, meses después, una donación para el culto de La Candelaria caymeña que fue de 1730 soles con 70 centavos.

Él recordaba que Bustamante y Rivero era un católico que había puesto de moda el uso del templo caymeño para matrimonios, bautizos y todo lo que fuera devoción cristiana. Odría luego de agradecer a La Candelaria regresó, con el mismo cortejo que estuvo en Cayma, al centro de la ciudad y visitó el templo de Santa Marta donde un grupo de 6 damas se encargaba de procurar, pero en el mes de noviembre, la fiesta del Señor de los Milagros.

Odría se preguntó por qué el Señor de los Milagros tenía tantos devotos en Lima y no, necesariamente, era igual en Arequipa y se propuso establecer una competencia entre el Cristo Morado y el de la Caridad que también se veneraba en Santa Marta.

El mismo día de las visitas y en un avión comercial volvió a Lima para asumir la dirección del nuevo gobierno, luego que el jefe de la II Región Militar con sede en la capital de la República declarara su fidelidad al golpe de Estado.

Entonces, según información del diario El Pueblo de ese tiempo a la que agregó su propia investigación el historiador Juan Guillermo Carpio Muñoz. Odría se puso de acuerdo con el entonces arzobispo de Arequipa, Leonardo Rodríguez Ballón y juntos decidieron impulsar la devoción del Señor de los Milagros en la iglesia de San Agustín.

Enviando al retiro a las damas que patrocinaban la devoción en la primera iglesia.  Todas las damas no dejaron de ser recordadas, eran 6, Elsa Corro, Teresa Campos, Lucila Belaúnde, Rosa Useglio, Zoila Aedo y Olga Mercado. El arzobispo encargó a María de Portachelo, una pintora, hacer una copia del Señor de los Milagros de Lima y esta fue presentada en sociedad, el 16 de noviembre de 1950 en la iglesia de San Agustín.

Potenciada por el Arzobispado y el gobierno militar de turno, la devoción creció en San Agustín. Entretanto, Odría cambió de nombre y la “A” de Don Manuel pasó a ser Arturo y no como se llamaba realmente que era Apolinario.

Paralelamente se impulsó la veneración por La Candelaria de Chapi que remplazaría a la Virgen de Cayma. La Candelaria de Chapi fue coronada por el papa Juan Pablo II y pasó a ser La Candelaria más estimada entre las existentes en Arequipa y visitante asidua de nuestra ciudad para cuando no caía lluvia y los campos ser secaban.

Virgen de Chapi.

La Candelaria de Cayma pasó a un segundo plano porque entre 1950 y 1953, la devoción por el Señor de los Milagros fue en el templo de Santa Marta y otro en la iglesia de San Agustín que se celebrará uno en octubre y otro en noviembre.

Cuando volvió la democracia al Perú, el presidente Fernando Belaúnde Terry llegó al poder e hizo una visita a la Virgen de La Candelaria de Cayma y entonces Belaúnde Terry se quitó la banda presidencial, la cruzó sobre el pecho de María rezándole puesto de rodillas y declarando su fidelidad a la que de niño había venerado.

Odría siguió hablando del milagro del que fue beneficiario y cuando le cortaron una pierna luego de un incidente en Palacio de Gobierno, antes de cerrar los ojos, le pidió a la Virgen Candelaria que le hiciera un segundo milagro que no conocemos cómo terminó.

Virgen Candelaria de Cayma.

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