El papa Francisco y Arequipa
Por: Carlos Meneses
La obra de promoción del arequipeño padre Mateo Eduardo en favor del Corazón de Jesús fue mencionada en la encíclica pontificia del papa Francisco.
El papa Francisco entregó a conocimiento público una encíclica hablando de una antigua devoción arequipeña relacionada con los Sagrados Corazones de Jesús y María, que promovía un sacerdote que nació en el barrio de Tingo y que se extendió por el mundo desde hace muchos años.
En Arequipa la devoción era difundida por la orden jesuita y está destinada a reconocer al corazón como el órgano más importante que tienen las personas y también que lo tenía Cristo y su santa madre María para hacer milagros a lo largo de los siglos y que aquí se realizaba una procesión que recorría la plaza mayor, acompañada por alumnos del colegio San José en una plaza revestida con banderas de color amarillo y corazones rojos.
El santo padre ha querido llamar la atención del mundo alrededor del corazón como el órgano fundamental del querer servir a los pobres, a los necesitados del auxilio divino y de otros hombres.
El promotor de esta devoción, en Arequipa, nació en Tingo (1875) y murió en Valparaíso-Chile (1960), era hijo del inglés Charles Crawley- Boevey y de la arequipeña María Murga Murguía que fue bautizado con el nombre de Mateo Eduardo y declarado apóstol mundial de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en los hogares.
Los papas desde Pío X hasta Juan XXIII conocieron de sus virtudes y resultó ser primo del que fue cardenal, Juan Landázuri Ricketts. El padre Mateo Eduardo difundió la devoción en los años en que en Arequipa se produjo un conflicto entre el clero y los ateos. La veneración fue decayendo y el obispo Manuel Segundo Ballón se vio obligado a renunciar para devolver paz a la feligresía.