Calor extremo disminuye hasta en un 40% la producción agrícola de Arequipa
Por: Jiori García C.
ALTAS TEMPERATURAS SON ATÍPICAS
Escasez de agua y falta de sistemas adecuados agudizan el problema.
El aumento de las temperaturas en Arequipa puede afectar negativamente a distintos cultivos en las provincias. La alta radiación que se registra en el día, junto a las olas de calor, la falta de nuevas estructuras, así como de agua ponen en riesgo distintos sembríos. De no ser atendido a tiempo, en el peor de los casos un agricultor podría llegar a perder hasta la mitad de la cosecha.
De acuerdo al ingeniero Saúl Durán Estremadoyro, este cambio de temperaturas afecta de manera diferente a los campos en toda la región. Indicó que, si bien el cambio de temporada es normal, no es típico que las temperaturas sean tan altas.
“Es un riesgo para todos los cultivos. Por ejemplo, en los valles de Camaná, Majes, Ocoña y Tambo, el arroz resiste el calor, pero con un mayor incremento de la temperatura junto al incremento de la humedad, puede generar hongos y aumenta el riesgo de plagas”. Además, advirtió que, en caso estos no sean intervenidos a tiempo, la producción puede reducirse hasta en un 50%.
De otro lado, las campiñas arequipeñas también se encontrarían en peligro. En estas, la mayoría de las plantaciones son de diversas especies, entre ellas cebollas, acelgas, alverjas, habas, ajo, entre otros; consideradas más sensibles a la exposición solar. El exceso de temperatura y de radiación, podría llegar a quemarlas.
Según Giraldo Coaguila Coaguila, presidente de la Junta de Usuarios Chili No Regulado, la falta de agua es determinante en esta situación. Explica que, al ser una cuenca no regulada, los agricultores dependen de las lluvias para poder regar sus cultivos. La combinación del calor junto a la crisis hídrica, ya ocasionó un descenso en la producción de los más de 7 mil usuarios que conforman este grupo.
“Hemos llegado a perder un 40% de los cultivos a comparación del año pasado. La planta no aguanta el calor”, lamentó.
Además, advirtió que, ante el alza de las temperaturas, la cosecha del próximo año se reduciría todavía más. “Mientras hay más calor, más se favorece la maduración acelerada del producto, y entonces se pierde. Si normalmente sacábamos 2 mil kilos de alverjas o habas por topo, ahora solo llegamos a mil 500”, explicó Giraldo Coaguila.
Esta opinión respecto a la escasez de agua también la comparte a José Luis Suárez Meza, presidente de la Junta de Usuarios de la Joya Antigua. Sostiene que, al estar los cultivos en medio de un desierto, el módulo de riego de 64 litros por segundo que reciben no es suficiente. “Aquí hay papas, cebollas, paltas, uvas, tomates, y más. Todas necesitan agua. Si regamos las papas hoy, al día siguiente amanecen secas. No aguantan este sol y será peor si sube la temperatura”, declaró.
Explicó que, en cada cosecha pierden como mínimo un 20% de la misma. “Ahora los agricultores alquilan la chacra para que el mismo jornalero la trabaje porque ya no da para pagar a trabajadores y tener ganancia”, explicó. También, varios agricultores optan por limpiar sus terrenos productos estacionarios o frutales y prefieren plantar tunas y recoger cochinilla. “Esta planta se puede regar cada 8 días y resiste el calor porque es como un cactus. Además, paga mejor y se exporta, ya es lo último que muchos hacen”.
De acuerdo a Durán Estremadoyro, solo queda estar pendientes. “Una manera de enfrentar este riesgo es llevar un monitoreo y evaluaciones constantes. Si es que se detecta temprano el inicio de una plaga o la presencia de hongos, se puede fumigar o aplicar elementos que ayudan a fortalecer la planta frente a la amenaza”, explicó. Sin embargo, también indicó que estas medidas preventivas también afectan al agricultor ya que incrementa el costo general del cultivo, afectando la ganancia final.