La iglesia de San Francisco fue la segunda que tuvo Arequipa
Por Carlos Meneses Cornejo
Se empezó a construir a los 12 años después de 1540, en un terreno donado al padre Alonso Rincón.
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La iglesia de San Francisco fue la segunda que tuvo Arequipa
A los 12 años de haber sido fundada la ciudad en 1540, probablemente en los terrenos de lo que sería la iglesia matriz y Catedral arequipeña, los padres franciscanos que en menor número tuvieron presencia en la dedicación de la ciudad a la Virgen de La Asunción, comenzaron por la construcción del segundo templo cuya nave central está ubicada al final de la calle San Francisco y que se hizo con uso de sillares.
Lucas Martínez Begazo, un vecino, donó un solar de su propiedad en favor del cual el ayuntamiento cedió otro terreno en la misma calle para que fuera conformante de la primera piedra que puso fray Luis Jerónimo Vierse y que originalmente solo tuvo una nave, que es la central y que se inauguró el 25 de febrero de 1777.
La iglesia fue bautizada con el nombre de San Francisco y mejorada de tiempo en tiempo, mediante estuques y pinturas al óleo, también se querían dorar los altares, cargar la bóveda y enmaderar el piso.
Durante la Guerra con Chile se incorporó una plaza que tenía la imagen del mismísimo San Francisco de Asis. Los franciscanos fueron saliendo de su convento para pedir limosna. El primer grupo fue al distrito de Miraflores y el segundo al balneario de Tingo.
Hubo otro que recorrió las calles centrales de la ciudad y después también fueron a Characato luego a Yarabamba y después a Yanahuara, Tiabaya y Socabaya. Una imagen de San Francisco de Asis estirando la mano se podía ver en casi todas las esquinas y después se construyó el local de la Tercer Orden en plena Guerra con Chile.
En esa misma iglesia cantó fray José de Guadalupe Mojica, artista del cine mexicano que abandono esa actividad y la incipiente televisión para convertirse en un hombre de Dios.
El padre Mojica cantó en la iglesia con una voz que se escuchó hasta afuera de ella y regaló para la ciudad un centro de formación religiosa que se construyó en Tiabaya y que después fue vendida o canjeada para que fuese cuartel.
En esta última ocasión, los franciscanos retiraron un colosal altar de madera labrada-trabajo realizado por una pareja de orfebres, los hermanos Rael- y por años permaneció abandonado en el piso de la iglesia franciscana. Fue el presidente regional Juan Manuel Guillén, quien encontró el altar y se comprometió a recolocarlo en la iglesia franciscana que actualmente luce con una imagen de la Virgen de Guadalupe.
Para eso Guillén alegó que estaba arreglando el piso, pero en el fondo obreros arequipeños hicieron el milagroso trabajo de devolver al uso público la colosal estructura.
El monumento a San Francisco estaba ubicado en la plaza vecina a la iglesia y a la de la Tercera Orden y en ella se puso a San Francisco acompañado de la imagen de una cigüeña, que ahora se encuentre en el atrio de la iglesia solo.
Los franciscanos también tuvieron uno de los colegios más antiguos de Arequipa que llevaba el nombre del santo y cuyo edificio permanece en la calle Jerusalén. Parte conformante del convento era la cruz de color verde que fue robada y devuelta por los ladrones.