La línea correcta
Por Willard Díaz
Entre las exposiciones inauguradas este mes en las galerías del Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Agustín, destaca la muestra del artista arequipeño, egresado de la Escuela Baca Flor, Daniel Gallegos.
Gallegos es un solitario cultor del llamado “arte povera” o arte pobre, en nuestra ciudad, corriente en la que destacan Pistoletto y Luciano Fabro en Europa. Las primeras obras de Gallegos aprovecharon los recursos de la modesta paja de ichu, que por entonces abundaba en los mercados populares. Ahora, como explicó el escultor en la inauguración, los incendios forestales acabaron con su material; motivo por el cual se ha visto obligado a emplear otro material de fácil acceso, como es el simple alambre de construcción. Si bien sus obras han perdido consistencia, podría decirse que han ganado en espiritualidad, en transparencia, en liviandad. Nos muestra así Gallegos que lo que cuenta en el arte es la imaginación creadora, ya que los materiales se pueden suplir y los símbolos pueden mudar.
La colección exhibida incluye armazones de animales conocidos, así como de objetos caseros y otras construcciones tridimensionales de una iconicidad familiar. En esta ocasión la estructura demanda al espectador complementar las formas y extraerles sentido. La maestría manual de Gallegos está ratificada, lo que se extraña en la simbología vegetal de la paja serrana y su calor; el frío metal no acaba de atraparnos, a pesar de la anotada apuesta por la espiritualidad del proyecto.
La muestra va hasta fin de mes.