El campanario que ha salvado miles de vidas en Alca

Por: Danna Felipe B.

El repique se usa en el distrito para alertar de la ferocidad de los huaycos en época de lluvias.

En la esquina superior derecha de la plaza mayor de Alca, distrito de la provincia de La Unión, hay un campanario. Por muchos años, este ha sido vigilante de niños, adultos y ancianos quienes huyen a los cerros cada vez que alguien lo hace sonar ante las amenazas de la naturaleza. Les advierte que las lluvias intensas han desencadenado nuevamente la mortal mezcla de agua, tierra y piedras. No hay tiempo de llevar muchas cosas, pues los huaycos son capaces de desaparecer el distrito en un abrir y cerrar de ojos.

En los meses que no llueve, la torre de la campana disfruta ser parte de los días de alegría de los alqueños. Actualmente lo hace menos, pero no molesta que sea así. Por el contrario, todos se sienten agradecidos.

Antes, la plaza mayor del distrito era casi toda de tierra, un escenario perfecto no solo para los espectáculos taurinos y ecuestres, sino también para la fatalidad de los huaycos. Tristemente, vio de muy cerca cómo incontables personas y animales no lograron escapar y fueron sepultados. El enrocado del corazón del distrito redujo la probabilidad de que esos recuerdos se revivan.

Sin embargo, al campanario le queda la compañía de la pileta central de la plaza para atesorar aquellos momentos felices, pues la misma está decorada con tres figuras de caballos de paso y coronada con una representación de una corrida de toros.

Los pobladores de Alca sienten el estancamiento de la localidad y de la provincia de La Unión.

Si bien las tragedias ya no son como antes, la impotencia sigue viva. El progreso de Alca, al igual que el de toda La Unión, ha sido demasiado lento y sus pobladores están cada vez más decepcionados de la política.

El campanario, más que nadie sabe que los alqueños pusieron su esperanza en el alcalde distrital Henry Hilares, en el alcalde provincial Alfonso Chipana y en el gobernador Rohel Sánchez. Pero, qué han hecho estas autoridades. Se preguntan todos, por qué la gente sigue refugiándose en los cerros.

En Alca, dos puentes destruidos este año por las intensas lluvias fueron reconstruidos con palos de eucalipto. Ahora, en medio de una nueva temporada de lluvias es muy fácil que el río Chococo aumente su caudal y se los lleve, afectando al anexo de Cahuana y el distrito de Tomepampa. El afluente también puede desbordarse o peor aún generar huaycos y desaparecer personas, animales y construcciones.

Cada vez que se distingue la cercanía de un huayco, la campana repica dando aviso que es hora de subir a los cerros.

LA DECEPCIÓN DE UN DISTRITO MUY POBRE

La presencia del alcalde distrital Henry Hilares es poco frecuente. En el caso de Alfonso Chipana, lo intentaron vacar por una gestión con pocos resultados. No ha ejecutado ni el 50% de su presupuesto anual de este año. Y Rohel Sánchez, quien llegó durante su campaña, hoy después de casi dos años de gobierno, los alqueños sólo pueden sentir decepción. La carretera Tomepampa-Alca-Puyca está abandonada.

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