EL QUINTO MANDAMIENTO DE LA FELICIDAD: LA JUSTICIA PERSONAL
Por: Juan Manuel Zevallos Rodríguez – Psiquiatra y Magister en Salud Mental del Niño Adolescente y Familia

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A lo largo de los años siempre pensé en la justicia como una creación humana que castigaba al malo y premiaba al bueno, pero nunca llegué a pensar que la justicia en el plano personal podía ser un instrumento de desarrollo socioemocional.

HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA

La justicia personal nos lleva a pensar en uno mismo, nos involucra en el arte de valorar nuestro bienestar y es la principal fortaleza que tienen los hijos de padres maravillosos.

En los hogares donde habitan padres e hijos maravillosos el estandarte de la justicia social brilla en sus compromisos de vida y cada uno de sus actos son guiados por las sentencias claras del amor por la vida.

Una persona justa consigo se ama a plenitud y no permite que ningún pensamiento contamine su mente. El hijo de padres maravillosos nunca interioriza una agresión verbal, insulto o chisme en su mente, ellos saben que el lugar más valioso de su cuerpo es su mente y que aquel que hace suyo todo acto de violencia del mundo solo contamina, enferma y daña su ser.

Yo vengo y pregunto:

¿Cuántos de nosotros nos hemos enfermado al pensar de sobremanera en aquel comentario mal intencionado pronunciado por una persona que no nos tienen en su estima personal?

¿Cuantos de nosotros vivimos días, semanas y meses molestias al haber interiorizado la agresión verbal de un vecino, amigo o persona confundida de nuestro entorno?

¿Cuántos años y meses hemos perdido de vida al volver a recordar aquellos actos de violencia psicológico que rodearon nuestra vida?

La persona que es justa consigo no interioriza agresiones, no recuerda actos violentos, no vive hechos pasados contaminados por la agresión; aquel que es justo con su vida y con cada una de las capacidades que tenemos para desarrollarnos en esta vida solo vive y disfruta cada uno de los hechos y actos buenos y maravillosos de la vida y solo disfruta el aprendizaje de tantos actos que vivimos a diario.

Los hijos de padres maravillosos saben valorar no solo cada uno de sus pensamientos y emociones, también saben valorar cada parte maravillosa de su cuerpo y se alegran a diario con la vitalidad de sus brazos, piernas, pecho, abdomen y con el estado de salud de cada uno de sus órganos internos.

Los hijos de padres maravillosos a diario agradecen la oportunidad de tener el organismo que tienen y buscan desarrollar una serie de actividades que genere salud en su cuerpo.

Pero hoy en el mundo existen muchos hijos de padres que no han desarrollado bien sus funciones de padres maravillosos, padres que ignoran el pilar del desarrollo socioemocional llamado justicia personal.

Hoy existen muchos hijos de padres buenos que odian muchas partes de su cuerpo, que viven tristes al contemplar sus brazos o piernas o abdomen, que rechazan facciones de su rostro o que simplemente viven insatisfechos con su anatomía.

Los hijos de los padres buenos han perdido la habilidad de valorar cada parte de su ser y viven baja el cristal de la crítica social y de los estándares de belleza inalcanzable, ellos piensan que solo podrán ser felices si tienen determinada talla o contextura, si visten determinada talla de ropa o si su color de rostro se asemeja a la de sus ídolos sociales.

Los hijos de padres buenos viven ciertamente confundidos y agreden su ser con pensamientos y actos que solo reflejan la incomprensión que ellos mismo tienen. Sin saberlo desarrollan actos de violencia personal que acaba dañando a la persona más importen de sus vidas, a ellos mismos.

Los hijos de padres buenos viven una vida llena de injusticia personal, una vida plagada de infamias y de actos violentos contra el único ser que debiera estar exento de esta violencia.

Y vengo y pregunto: ¿Eres un hijo maravilloso o un hijo bueno?

¿Amas tu vida, tu pensamiento y cuerpo de manera prominente por sobre todo concepto humano o vives rechazándola?

¿Eres justo contigo o eres un ser lleno de injusticia e inconformismo?

¿Si eres injusto contigo deseas seguir siéndolo por el resto de tu vida?

¿Qué es lo que deseas para tu vida: una vida llena de justicia personal y tranquilidad y sosiego o una llena de injusticia y de caos y dolor o sufrimiento?

La vida es el milagro más grande que existe. Está en cada uno de nosotros en vivirla de la mejor manera posible. Está en cada uno de nosotros llevar la insignia de la justicia personal como una tea que ilumine nuestra vida.

Cada uno de nosotros puede vivir con el pilar de la justicia personal, cada uno de nosotros puede seré feliz un poco más si se decide por amar cada parte de su cuerpo y mente y si se decide por trabajar a diario en el mejor estado de salud personal.

Los hijos de padres maravillosos cada día al levantarse ven en el espejo de cada aquel maravillosos ser humano que es y se comprometen a dar todo de si por perseverar la salud y vitalidad de esa hermosa creación.

DATO

Todo hijo de padres maravillosos al finalizar el día valora cada uno de los actos que lleva a cabo y se alegra por todo aquello que ha logrado, se abraza intensamente y sonríe por la integridad y plenitud de cada pensamiento emoción y parte de su cuerpo.

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