“Los padres maravillosos con ternura cuentan bellas historias a sus hijos”
Por: Juan Manuel Zevallos Rodríguez – Psiquiatra y Magíster en Salud Mental del Niño Adolescente y Familia

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Muchos padres buenos creen ilusamente que el éxito de sus hijos está enmarcado por un logro valioso: llenar su cerebro con la mayor cantidad de conceptos que ellos puedan repetir. Ignoran ilusamente que el conocimiento se va duplicando en un tiempo cada vez menor y que la tecnología asfixiante está reemplazando a los memoristas de este mundo.

HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA

Los padres maravillosos ven algo que los padres buenos no pueden mirar, el jardín hermoso que es la mente de sus hijos, ese jardín hermoso que tiene la capacidad de replicar infinitamente todos aquellos conceptos que se siembre en él. Los padres maravillosos hacen algo que nunca hacen los padres buenos por el amor infinito que tienen por sus hijos “llenan esa mente de conceptos constructivos, de creatividad, amor personal, razonamiento anti dialéctico y crítico y perspicacia; ya que ellos saben que de no llenarlo constantemente de cosas buenas el mundo llenará la mente de los hijos de la tierra con basura emocional”.

Los padres maravillosos son contadores de cuentos nunca antes escritos y cada nuevo cuento es más delicioso que el anterior. Ellos saben que aquel que desarrolla el difícil arte de la improvisación y la creación siempre tendrá una herramienta más para enfrentar los problemas de la vida.

Los hijos de padres maravillosos que se llenan de aquellas historias narradas a pulso y esculpidas en las esquinas de muchas calles mentales de su vida, son aquellos hijos que siempre creerán en su potencial para cambiar el mundo y serán aquellos hijos que siempre reflexionarán de la mejor manera posible.

Los hijos de padres maravillosos serán como este humilde delfín que en medio de estas páginas quiere compartir con ustedes esta historia que un día me compartió mi padre:

“Cuentan que un día el artesano de la vida decidió por amor crear un mundo maravilloso para que todas criaturas pudiéramos vivir en armonía. Un día un desastre natural quitó la mitad de las vidas en este mundo y los sobrevivientes, dolidos ante aquella desgracia, protestaron ante el artesano de la vida y este les dijo “el mundo que les he regalado es un tesoro para vivir y cada una de sus vidas es un regalo maravilloso para valorar”. Otras criaturas que habían sobrevivido al desastre y que eran hijas de padres buenos replicaron “pero tu destrucción ha sido mala con nosotros, nos ha quitado lo más valioso que teníamos” y el artesano contesto “no hay nada malo ni bueno en el mundo donde viven, solo hay creaciones que te dan alegrías o aprendizajes por construir, y en relación a quitarles lo más valioso que tenían les recuerdo que la vida es el bien más preciado que pueden ostentar”. Pero ¡tú eres injusto!, replicaron otros hijos buenos del mundo y el artesano de la vida explico “aquel que descubre el verdadero valor de sus experiencias de amor entiende que la justicia es una creación de la mente que no entiende que el mundo es un lugar imperfecto que siempre está en constante construcción”. Y dicho ellos el artesano de la vida vio a un hijo maravilloso y le pregunto: ¿tienes alguna duda mi pequeño hijo? Y el hijo que había tenido a un padre maravilloso que ya no le acompañaba en ese momento y que fue víctima del desastre natural con bondad contemplo al artesano de la vida y solo sonrió”.

La vida es el bien más importante que poseemos y en ese bien esta nuestra alegría, paz y dedicación. Los bienes materiales corrompen nuestra visión del mundo y nos vuelven dependientes de ellos. Cada ser humano que nos rodea a sido puesto ahí no para que dependamos afectivamente de él, sino para compartir, aprender y desarrollar inolvidables anécdotas.

Si aprendemos a vivir sin reclamar tanto seremos felices, si aprendemos a valorar todo aquello que somos y a disfrutar cada uno de nuestros actos también seremos felices; si aprendemos a contar historias que llenen nuestra mente con sonrisas seremos mucho más felices todavía.

Aquel que aprende a narrar historias de amor y superación personal en el libro de la vida es aquel ser humano maravilloso que podrá llenar sus manos de oportunidades y sus ojos de bondad.

Cada uno de nosotros somos creadores de historias de esfuerzo y amor en nuestro universo personal. Cada uno de nosotros somos actores principales de la gran obra de nuestra vida y a la vez, cada uno de nosotros tiene la capacidad de crear epopeyas de desarrollo personal en la mente de nuestros hijos.

DATO

Dejemos hoy día de ser padre bueno y volvamos padres maravillosos, padres comprometidos con la salud mental de nuestros hijos e hilemos con esfuerzo sincero una nueva historia que nutra los campos de la mente de nuestros hijos maravillosos.

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