No al paro de transporte
Por: Carlos Meneses

El peor recuerdo que los peruanos tendremos del año 2023 será la violencia que caracterizó a los primeros meses. En esos desgraciados sucesos perdieron la vida más de 40 personas, se alteró la paz social y se produjeron desencuentros entre las fuerzas del orden y grupos violentistas. Asimismo, forma parte de semejantes hechos negativos la interrupción del transporte interprovincial y los bloqueos en las vías de comunicación de media República.

Por eso nos parece deplorable que un grupo de transportistas de carga hayan anunciado que a partir del 11 de este mes paralizarán sus actividades y se abrirá, otra vez, una puerta que parecía cerrada a las alteraciones de orden público, ocasionando más desempleo y desabastecimiento de mercado.

Nos parece bien que los transportistas arequipeños hayan rechazado estas propuestas, conscientes de los daños que se produjeron a principios del 2023 y de un saldo trágico que no se esclarece suficientemente por la lentitud del análisis fiscal.

Si hay problemas, se debe dialogar sobre los mismos y encontrar soluciones que no signifiquen suspensión del servicio de transporte de carga pesada y de la comunicación en general entre los pueblos nacionales.

Esta invocación se hace en función de los requerimientos del país y del propósito de no volver a cometer errores que costaron pérdidas y mayores problemas a quienes siendo los más vulnerables, sólo confirman la razón de nuestro parecer y la oposición a nuevas paralizaciones en las carreteras nacionales.

SUMILLA

La situación económica del país no permite el lujo de tener huelgas o paros que perjudiquen más a quienes sufrieron daños derivados de violencia en los primeros meses de este año.   

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