Por Danna Felipe B.

El gerente del Centro Histórico y Zona Monumental afirmó que ya es hora de erradicar el problema de raíz y hacer que los habitantes y visitantes conozcan y preserven la ciudad patrimonial.

“No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama”. Esta frase, atribuida a Leonardo da Vinci, ilustra a la perfección lo que sucede actualmente en el Centro Histórico de Arequipa, que el próximo 2025 celebrará 25 años como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Aún hay muchas personas que, al parecer, han olvidado o quizá nunca han aprendido el valor de su hogar o de aquel que los ha acogido. Por ende, son incapaces de preservarlo e incluso muestran completa indiferencia.

La provincia de Arequipa sigue creciendo. Actualmente, sus 29 distritos acogen a más de un millón 200 mil personas. Muchos de ellos son los llamados “nuevos arequipeños”, migrantes de distintas regiones o incluso países.

Para el gerente del Centro Histórico y Zona Monumental, Gabriel Damiani, el problema no radica en este crecimiento poblacional, sino en el comportamiento de las personas. Es, en si, un desafío social.

“La gente parece haber perdido el horizonte de cómo comportarse correctamente, y no solo en Arequipa, sino en el resto del mundo. En Arequipa, muchas personas hacen lo que quieren. Es extremadamente importante que la población cambie su forma de pensar, pues la misma determina cómo se actúa. Tienen que conocer el valor del Centro Histórico de Arequipa para el mundo, porque uno no ama lo que no conoce y no defiende lo que no ama”, afirmó el arquitecto.

Solo para dar algunos ejemplos del descontrol, a diario un gran número de vendedores ambulantes se apodera de las calles. Los puntos de acumulación de basura no autorizados siguen aumentando. Muchas personas liban alcohol y luego dejan sus necesidades fisiológicas cerca o en los mismos monumentos. Las intervenciones a las construcciones patrimoniales clandestinas no cesan. También se observan filas de vehículos estacionados en zonas rígidas.

Sin embargo, el gerente acentuó que el problema no se resolverá únicamente con sanciones administrativas, que se ven entorpecidas por la burocracia.

“¿Acaso necesitamos una flota de 200 grúas para que los conductores entiendan que no pueden estacionarse en zonas rígidas? ¿Cada uno debería tener un fiscalizador detrás? ¿O es que al infractor simplemente no le interesa? Me levantan un acta, pago mi multa y sigo comportándome igual”, ejemplificó.

Damiani Lazo lamentó que los habitantes de Arequipa no aprueben o desaprueben las inconductas de sus semejantes, recurriendo mayormente a la indiferencia.

La municipalidad va, limpia, baldea, desinfecta y ni siquiera al día siguiente, dos horas después. Yo he sido testigo de ello. Dos horas después vuelven a ensuciar”, indicó. Como seguramente recuerdan, las plazas San Francisco y España literalmente huelen a orines. Pero pocos son capaces de actuar cuando atestiguan la infracción.

Otro hincapié son las construcciones clandestinas, por ejemplo, encima del Portal San Agustín. “Como un ladrón, yo quiero robar, lo hago cuando no me vean ni me escuchen, y eso está pasando. Alquilas un espacio y solo quieres sacarle el máximo provecho, pero no te interesa preservarlo. Cuando conoces y llegas a amar tu propiedad, no la destruyes, la preservas. Pero si la alquilas a un tercero, ¿cómo te la entrega?”, resaltó el funcionario.

Pero aclaró que no son todos. Independientemente de dónde vengan, aún hay personas que demuestran su amor por Arequipa.

Así, hizo un llamado a los arequipeños, a quienes han migrado de otras regiones o solo están de paso, para que respeten el patrimonio de Arequipa. Por su parte, ellos continuarán con su trabajo de sensibilización.

El próximo año se enviará a la UNESCO el informe bianual, que coincide con el 25º aniversario de la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Damiani Lazo aseguró que actualmente el título no está en riesgo, pero advirtió que no se debe bajar la guardia.

En ese sentido, subrayó la importancia de un trabajo articulado entre las políticas públicas y las acciones técnicas, así como el buen comportamiento de las instituciones públicas y privadas. No se puede seguir generando desorden ni dañando el ornato de la ciudad.

De otro lado, el arquitecto señaló que el plan es peatonalizar todo el Centro Histórico. Empero, desconoce en cuánto tiempo se podrá lograr o si será en su gestión. “Cada carro que pasa genera vibraciones y humo que se impregna en el sillar. Limpiar eso demanda un proceso”, explicó. Reiteró que la política y la técnica tienen que estar de la mano para lograr este hito histórico a favor de Arequipa.