El mensaje de la Iglesia
Por: Carlos Meneses
A los peruanos nos corresponderá ser parte del proceso esperanzador y de un año preelectoral que debe estar marcado en forma indeleble por el bien para todos los que aquí vivimos.
El papa Francisco al inaugurar, en vísperas de Navidad, el Año del Jubileo y abrir las puertas del templo más importante de la Iglesia católica, en Roma, dirigió un mensaje a los creyentes y al mundo en general para no perder la esperanza de un universo mejor.
Simultáneamente, en el Perú, la Conferencia Episcopal y el cardenal y arzobispo de Lima, Carlos Castillo también hicieron una invocación similar dedicada a los peruanos y en especial a aquellos que confrontan dificultades económicas y desempleo. Era como un decir único en favor de que la esperanza es lo último que debiera perderse entre quienes han vivido un 2024 de dolores intensos por las guerras entre Rusia y Ucrania y entre árabes e israelitas.
En ese día se pudo escuchar también un mensaje de la presidenta Dina Boluarte, ella dijo que, en la desaprobación que según encuestas sufre su persona y su gobierno, hay que tener esperanzas para seguir avanzando en un año preelectoral y en una época en que el Perú entero está cambiando. Es un mensaje que no puede ser desoído, que debe significar el propósito de todos de hacer mejor el Perú y el mundo en que vivimos.
La esperanza es lo último que podríamos perder y es también lo primero que debemos defender. Es una lección histórica de quienes tienen fe en que es posible mejorar las condiciones en que vivimos con respeto a libertades y con democracia plena.
El Año del Jubileo que se inició el 24, cuando el papa abrió las puertas de San Pedro, debe ser parte de una historia diferente en la humanidad y ojalá esté guiada por una estrella de paz y de progreso.