Matías Lazo tiene 21 años. Ha trajinado bastante en las canchas de fútbol en torneos locales e internacionales. El arequipeño sabe que tiene mucho por delante por lo que debe seguir la buena ruta que se ha trazado con el respaldo de los entrenadores y la familia.

Cuando los jugadores aún podían declarar a los medios con libertad, Matías Lazo dijo: “Lo que vivo hoy definitivamente es un sueño, desde niño vengo jugando en este club tan hermoso. Es un sueño que cumplo poco a poco. Creo que no hay un techo para un jugador”.

Recién había llegado a la mayoría de edad, era el año 2022. Uno antes, el argentino Néstor Lorenzo lo hizo debutar en la Copa Sudamericana y era fijo en el once titular. La madurez le llegó muy rápido, bien aconsejado en la interna del club y con la cercanía cómplice de sus padres, el arequipeño tiene hoy 21 años y con un gran futuro por delante.

Los hinchas lo postulan como el nuevo ídolo melgariano, el capitán del futuro, el futbolista de la casa, mucho antes de que llegue la nueva administración. Sin embargo, él ha sabido mantener el perfil bajo y trabajar en silencio para ganarse el puesto de titular. Siempre ha tenido la confianza de los entrenadores que lo han dirigido. No decepcionó en la cancha, ruge como un león cuando le toca defender por el medio, la derecha o la izquierda. Para que el pedido de los hinchas se haga realidad mucha agua deberá correr bajo el puente y mucho más deberá mostrar en las canchas de fútbol.

El niño que desde los 6 años sudó la rojinegra y festejó sus goles como si fueran de campeonato fue creciendo. Solo ha vestido la camiseta de Melgar y de su colegio, La Salle. Tiene algunos emprendimientos. Ama a su hermana. Respeta a todos a su alrededor. Es un muchacho educado.

Lazo es melgariano confeso. Los profesores Luis Gonzales, Eloy Castro, Jorge “El Toro” Lazo, Ernesto “Palito” Vera, Armando Arce, Adrián Díaz y Marco Valencia le inculcaron siempre el respeto, disciplina y cariño al club.

Flaco, alto (1.90 c.m.), de piernas largas, veloz, fuerte, bien ubicado, así se le ve en los campos de juego. Se suma al ataque con cautela porque lo suyo es defender, sabe evitar los contragolpes, va bien por alto y no da pelota por perdida. Si comete un error lo reconoce y busca que no se repita.

“El grupo está para cosas muy grandes”, arengó antes de todas las competiciones. Le motiva que el hincha confíe más en él, aunque sabe que no le perdonarán una. Es uno de los pocos arequipeños que sudan la melgariana y por lo tanto siempre le van a pedir más, más que a un extranjero, más que a un experimentado.

La Liga 1 lo postula como el jugador revelación del 2024. Los hinchas pueden votar por él ingresando al Facebook de la Liga de Fútbol Profesional – Perú. Si es que logra ganarles a otros dos nominados de Lima recibirá un buen reconocimiento a su esfuerzo. Sin embargo, en Arequipa y en el FBC Melgar, el futbolista que lleva el número 33 fue hace rato una revelación, hoy es una grata realidad.