NUESTRA VIDA ES MARAVILLOSA

Cada nuevo día es una nueva oportunidad para lograr no sólo aquello que el día de ayer nos regaló, sino para lograr algo más, nuestra propia realización.

Por Juan Manuel Zevallos Rodríguez – Psiquiatra y Magister en Salud Mental del Niño Adolescente y Familia.

HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA

Somos seres que contienen en un solo recipiente un desarrollo físico, un embate emocional, una fórmula racional y en emblemático signo de entrega espiritual. Somos cuatro seres en un solo ser, que muchas veces andan de la mano, que comulgan en su modo ser y que muchas veces se enfrentan entre sí generándose un daño involuntario, pero daño al final.

Si lográramos encontrar mayores momentos de comunión entre las cuatro esencias que conforman nuestro ser, la vida no solo sería un espectáculo maravilloso, sino que sería por si misma el milagro que vieron nuestros ojos al despertar.

Nuestra vida, muchas veces conflictiva y caótica merece ser vivida a lo máximo, con pasión, con entrega y voluntad de alcanzar el mayor desarrollo.

Muchos nos han vendido la falacia de que la felicidad está en un mayor desarrollo económico y social. Muchas personas tienen todo aquello que quisiéramos tener y a la vez no tienen nada. El desarrollo económico y social alejado del desarrollo interno, del compromiso de vida y de las acciones de solidaridad son como un caparazón vacío donde muchas veces deseamos vivir por la seguridad que dicha cubierta da pero recuerda que una cubierta no da vida, solo da una falsa seguridad, ya que tarde o temprano los embates de la vida destruyen esa coraza creada por el dinero y el estatus, pero encontrarnos a nosotros mismos y encontrar de paso a maravillosos seres a nuestro alrededor con quien vivir y compartir genera una vitalidad y una fortaleza únicas las cuales alcanzarían un brillo y esplendor mayor con un desarrollo social y económico armónico para con nuestras necesidades vitales y para con nuestro deseo de lo que siempre debió de ser la vida.

Darle poder a un ser humano lleno de ignorancia puede generar la mayor tragedia para un pueblo. Darle bienes materiales a un ser humano desprovisto de un plan de vida, que no sabe quién es y lo que debería ser puede conllevar como en el ejemplo anterior a una gran desgracia, pero esta vez personal.

Si sabemos que camino debemos andar, que logros debemos alcanzar y como debemos compartir esa vida, todo aquello de más que vayamos recolectando en el camino servirá para hacerlo más grato, más ameno y para compartir más.

Ignorar nuestro sendero, creer que el bien material y social es la base de la realización humana, es como creer que no hay nada más que aquello que pueden ver nuestros ojos.

Recuerda: la ignorancia es un cúmulo de incapacidades que suele caminar raudamente en un camino circular donde el inicio y el fin están en el mismo lugar, en la nada.

Vivir la vida a plenitud, en armonía con nuestras cuatro esencias alimenta la posibilidad de alegrías constantes, alienta la voz de la esperanza en el caminante y deletrea frases de encuentros inolvidables con cada ser que nos rodea. Y es que darle valor a nuestra existencia no es solo importante desde el punto de vista espiritual, lo es también desde la perspectiva de la razón. Vivir a conciencia nos da la plenitud de construir sueños, de elaborar constructos de desarrollo personal y darle un valor al camino y a la realización.

Los proyectos de vida basados en tales principios de valorar el paisaje como el resultado final no hacen sino alegrar nuestros corazones, alentar nuestra mente y fortalecer los distintos sistemas de funcionamiento corporal.

Alimentarnos de caricias, besos y elogios constantes aligera las cargas pesadas que debemos llevar por los caminos de la vida para hacer realidad los sueños esperados. Eliminar del concepto mental el miedo y la frustración ante las equivocaciones genera mayor fortaleza física y emocional, cultiva nuestras emociones y nos encamina paso a paso por el sendero de la realización personal. Delinear nuestras metas y alcanzar nuestros sueños, son símbolos inequívocos de que estamos haciendo las cosas bien y que el planificar es tan importante como el diario construir.

Debemos de evitar caer en el marasmo de la ansiedad, la insatisfacción, la alienación, la desmotivación y la despreocupación cuando andemos por los senderos oscuros del plan vital. Recuerda que como hay noche hay día, que como hay oscuridad hay luz y como hay momentos difíciles de solucionar en nuestro largo peregrinar también hay momentos para disfrutar. Debemos de centrarnos en los momentos de realización y no bajar la guardia y dejarnos llevar por la desesperanza de lo no logrado; recuerda, lo que no hoy no puedo llegar a ser realidad mañana podrá serlo, siempre y cuando le pongas mayor entrega y dedicación.

No debemos caer tampoco en el facilismo de la sociedad actual en donde los términos de destrucción personal son constantes, en donde el símbolo de la nueva esclavitud es el mal humor, el estrés crónico y la competitividad depredadora.

Debemos ser fuertes y consecuentes con nuestras ideas y con los valores que hasta el momento hemos ido cultivando, cada uno de nosotros somos seres maravillosos que tiene una libertad interior de elegir y una capacidad exterior para realizar tal libertad. Tenemos el don de desarrollar sueños basados en pensamientos y posibilidades, de construir felicidad en base a humildad y respeto, de aprender grandes lecciones de nuestras derrotas más significativas y de romper nuestras cadenas de esclavitud virtual en base a la comprensión y al amor.

Somos seres maravillosos que pueden reescribir día a día sus vidas y darle un valor distinto a sus recuerdos emocionales.

Somos seres que nacen día a día con la esperanza de sonreír, de compartir y de darse plenamente, tanto en el plano personal como en el de las relaciones sociales.

Somos personas que han logrado reconquistar sus pasados y que valoran cada latido del corazón, cada nuevo respirar y cada flujo de pensamientos en la mente. Gente valiosa que rechaza el arte de criticar por criticar, que tienen la valentía de pensar para lograr algo o para disfrutar cada instante y que tienen en fin la osadía de ser diferentes porque ese es nuestro regalo más grande.

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