Más salarios, menos meritocracia

Por: Tomás Reto – Consejo Privado de Competitividad

Cuando en 2012 se aprobó la Ley de Reforma Magisterial (LRM), se pensó en un esquema en el que los docentes irían, progresivamente, incrementando sus escalas dentro de la Carrera Pública Magisterial (CPM), y consecuentemente incrementarían su salario, bajo un esquema meritocrático. Así, si los docentes demostraban a través de evaluaciones objetivas que tenían un buen rendimiento, podrían acceder a mejores escalas y mejores sueldos.

Pero, en la práctica, ¿los salarios de los docentes se han incrementado bajo un esquema meritocrático, premiando el buen desempeño docente? La respuesta es no. Los incrementos salariales y, por consiguiente, el aumento de la planilla en educación (se incrementó en 81,3%, de S/ 12.383 millones en 2017 a S/ 22.453 millones en 2024), no han ido de la mano con la implementación de las evaluaciones previstas, lo que ha contribuido a la disminución en los logros de aprendizaje de los estudiantes.

A nivel individual, la Remuneración Íntegra Mensual (RIM), que determina la remuneración base del docente (sin contar otras bonificaciones y beneficios), se ha incrementado en 99,4% de 2012 a 2024. Así, un docente que, en 2012, por una jornada de 30 horas en la escala 1 cobraba S/1.555 al mes, en 2024 recibía S/ 3.101 en la misma escala. Es decir, este docente, sin haber tenido la necesidad de rendir ninguna evaluación duplicó su sueldo en el periodo 2012 – 2024.

Este escenario en el que los docentes incrementan sus niveles salariales no sería preocupante si es que los aumentos fueran de la mano con una evaluación constante. No obstante, en todo el periodo de vigencia de la LRM, no ha habido ninguna evaluación de desempeño para los docentes de Primaria y Secundaria. Si a esto le sumamos que solo el 38,6% y 28,7% de los postulantes a un ascenso en 2022 y 2023 aprobaron la prueba filtro del concurso, y que, además, se ha reducido la calidad de la prueba de acceso a la CPM, se viene afectando directamente la capacidad de contar con docentes adecuados.

Por ejemplo, en el caso de los ascensos, existe el riesgo de que un docente, sabiendo que su sueldo se va a incrementar cada año (como ha venido sucediendo) sin necesidad de rendir las pruebas de ascenso de escala, pierda el incentivo a mejorar su capacidad en el aula. Por otro lado, al no contar con evaluaciones de desempeño, el Gobierno no puede identificar cuáles son los docentes que requieren reforzamiento pedagógico para potenciar sus habilidades. Esto permite explicar, entre otras razones, por qué los logros de aprendizaje se encuentran rezagados: mientras que en 2019 el 34% de estudiantes de cuarto de primaria tuvo un nivel satisfactorio en la evaluación de matemática nacional que elabora el Minedu, en 2023 dicho porcentaje cayó a 22,5%.

La Ley de Presupuesto de 2025 ha previsto un nuevo incremento en la RIM para este año, a efectuarse en dos oportunidades (marzo y diciembre). Si bien aún no se oficializa en cuánto se incrementará la RIM, se propone que este incremento sea efectivo después que el Gobierno implemente las evaluaciones de desempeño.

De esta manera, solo aquellos docentes con un desempeño adecuado deberían ser beneficiarios del incremento salarial. Además, las evaluaciones servirán así para identificar aquellos docentes sin la capacidad adecuada en el servicio educativo, para que puedan llevar un programa de fortalecimiento de capacidades, y de ser el caso, puedan ser premiados con un incremento remunerativo si mejoran su desempeño en el aula. De lo contrario, si no se encuentran resultados positivos en su programa de fortalecimiento, se debe evaluar su retiro de la CPM, pues la calidad de enseñanza a nuestros estudiantes debe ser el objetivo central de todo el sistema educativo.

Deja un comentario