El Legado y Arequipa

Por Carlos Meneses

El IPD no debe ser declarado como encargado de lo que bien manejó Legado sino más bien convertirlo en algo eficiente.

En el Perú ha disgustado a muchos la decisión gubernamental de entregar el Legado -que como una forma de promocionar el deporte nacional- auspició los Juegos Panamericanos del 2019. Esta determinación ha caído mal entre los deportistas peruanos y fundamentalmente en Arequipa, solo hay que pensar que nosotros perdimos la oportunidad de realizar un campeonato continental de fútbol juvenil y también hay que verificar cómo está el estadio Melgar y otros campos deportivos de la ciudad para imaginarse el futuro que le espera a los recintos deportivos de Legado cuando pasen a manos del Instituto Peruano del Deporte (IPD).

Aquí se están moviendo intereses bastardos que son básicamente políticos y que pondrán en grave riesgo la continuidad de lo que bien hizo Legado. La reacción nacional ha sido de rechazo, pues se sabe que tras la maniobra se están beneficiando a sectores políticos determinados y perjudicando a la organización del propio IPD y de las federaciones que como se sabe, en su mayoría, están en crisis.

Arequipa necesita rejuvenecer sobre todo ahora que Melgar es una figura emblemática que tiene un lugar ganado entre los equipos profesionales y una afición que responde a las expectativas del cuadro rojinegro.

Queremos lo mejor para el Perú y lo mejor fue lo que vino en los Juegos Panamericanos anteriores y el gran esfuerzo -que con apoyo del Reino Unido- hicimos los peruanos para establecer un modus operandi que fuera eficiente para el futuro y lo era hasta ahora.

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