El personal de limpieza cumple su trabajo. No pasa mucho tiempo y otra vez está sucio.

Redacción Diario El Pueblo

Se está normalizando la idea de que cualquier lugar con poca iluminación y gente cerca puede ser un baño. Ya te habrás dado cuenta de que ciertos puntos en pleno Centro Histórico de Arequipa huelen constantemente a orines. La plaza España, bajo el puente Bolognesi y el callejón Ibáñez son algunos ejemplos.

El municipio cuenta con 232 trabajadores de limpieza divididos en tres turnos. Ellos son los encargados de barrer calles y avenidas del Cercado, recoger la basura que muchas veces es botada donde sea y realizar otra labor que cada vez repiten más a la semana: el baldeo y la desinfección de algunos puntos que son tomados por un grupo de inconscientes para dejar sus necesidades fisiológicas.

Muchas personas se olvidan de que, por ser un espacio público, no pueden hacer lo que se les plazca.

Pasamos por la Plaza España y, de inmediato, el olfato nos alerta de que huele mal, pese a que constantemente se ha baldeado y desinfectado. No pasa mucho tiempo desde la limpieza para que alguien la vuelva a ensuciar. Igual en la calle San Francisco. Cada fin de semana, inescrupulosos liban alcohol y, al rato, ya están orinando donde sea.

La propiedad privada no se salva. En el primer barrio de Arequipa, San Lázaro, el problema de orines en las viviendas todavía no se logra erradicar, por ejemplo.

No podemos pasar por alto esta vulneración. Como habitantes de la ciudad al pie de un volcán, debemos llamar la atención o alertar en caso veamos que alguien la cometa.