«Los errores que cometa un fiscal pueden ocasionar que el juez libere a un criminal»

Por: Danna Felipe B.

“Ahora ya no se coimea al policía, sino al fiscal”. “Las leyes protegen a los delincuentes”. “Juez libera a sujeto acusado de ultrajar a menor”. Son frases que seguramente hemos escuchado y que refuerzan la idea de que la justicia no existe en el Perú. Como siempre, buscamos culpables y normalmente se tacha a toda la administración de justicia sin tratar de entender por qué exactamente. 

El magíster José Parada, especialista en Derecho Procesal Constitucional y Administrativo, afirmó que, por supuesto, el marco normativo peruano es perfectible. “Pero considero que es más un problema de quienes trabajan en la administración de justicia”. Con ese pensamiento, lo más probable es que ahora se esté metiendo a todos en el mismo saco: policías, fiscales, jueces. Explicó que abordar este tema es más complejo de lo que parece. 

Parada Gonzales ejemplificó que nuestro Código Procesal Penal es garantista.

¿Qué quiere decir esto?

Explicó que si el fiscal no investiga, no recaba las pruebas, no formula bien la acusación o no argumenta correctamente, entonces no logrará una prisión preventiva ni una sentencia penal condenatoria. 

“En nuestro Código Procesal Penal, quien tiene la labor de lograr que la persona investigada por cualquier delito reciba una sanción justa es el fiscal, en principio. Los errores que cometa pueden llevar a que el juez tenga que absolver al imputado”. 

¿Entonces todo es culpa de los fiscales?

No. Ellos no son los únicos administradores de justicia. Lo que todos queremos es un trabajo articulado entre ellos dentro de un marco normativo que se adecue a la realidad actual. Sin embargo, tampoco se puede negar que, en algunos casos, el papel que juegan los trabajadores del Ministerio Público es mucho más importante. Aunque también hay casos donde un parte policial mal redactado le juega en contra.

¿Por qué a veces los fiscales no logran hacer lo que les compete? 

Fuentes cercanas a la Fiscalía coincidieron en que el principal problema al que se enfrentan los trabajadores es que manejan más carpetas fiscales de las que deberían. 

“La sobrecarga procesal es distinta según el tipo de Fiscalía”. 

En las Fiscalías Corporativas Penales, por ejemplo, cada fiscal maneja al mes alrededor de 165 carpetas cuando debería ser menos de la tercera parte. “Definitivamente nos falta personal”. Del mismo modo, en las Fiscalías Especializadas en Delitos de Corrupción de Funcionarios, se manejan alrededor de 65 en el mismo lapso de tiempo, cuando deberían ser unas 18. 

Varios fiscales se defienden por sí mismos en sus oficinas. No cuentan ni con asistentes de función fiscal.

¿Qué hacen estos trabajadores?

“Están a cargo de las carpetas fiscales en cuanto a su inventario, ubicación, estado. También proyectan disposiciones de mero trámite que no requieren mayor análisis de fondo. En caso de que el fiscal no tenga uno, debe ocuparse de esas labores, lo cual le consume tiempo, que es lo que menos tiene”. 

Es extremadamente raro ver a un fiscal que no trabaje fuera de su horario oficial. Por ejemplo, un fiscal penal ingresa a las 8 de la mañana y debería irse a casa alrededor de las 5 de la tarde. Sin embargo, ha habido casos en los que dejan la oficina después de las 8 de la noche y aun así siguen trabajando en casa. “Cuando tienes turno, es decir, trabajas las 24 horas y tienes audiencia después, caballero nomás. No es que puedas decir: ‘Lo siento, doctor, es que no dormí’”. 

Tampoco trabajan en ambientes adecuados. “Nos estamos llenando de carpetas fiscales”. No todas las carpetas cerradas en cuanto a investigación son recibidas en el Archivo Central por un tema de capacidad. Otras razones son el tiempo y el personal que las traslada. 

Pero tampoco se trata de que, por los motivos dados a conocer, ellos se libren de toda responsabilidad. El magister Parada Gonzales informó que también puede haber falta de preparación. La forma en la que fue seleccionado el fiscal no obedeció a criterios de idoneidad. Lamentablemente, la corrupción es una plaga de la que el Perú aún no puede librarse. Sin embargo, enfatizó que, como en la Policía Nacional del Perú, en el Poder Judicial y en cualquier otra institución, hay buenos y malos elementos. “Tampoco podemos generalizar”. 

Algo que tampoco se puede dejar de lado es que, como el marco normativo es perfectible, Parada Gonzales considera importantísimo ser más duros contra quienes actualmente están sembrando terror y zozobra entre los peruanos, a quienes están flagelando a su sociedad.

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