«Somos policías, siempre temenos que honrar nuestro apellido»

Por: Danna Felipe B. Foto: Adrian Quicaño

Pedro Chacón y Ángel Montes, destacados policías, nos comparten sus buenas y malas experiencias dentro de la PNP.

A menudo olvidamos que un policía también es un ser humano. Tiene nombre y apellido. Tiene una mamá y un papá. No podemos negar que dentro de la institución hay malos elementos, pero son muchos más los que sí hacen las cosas bien. Bajo el contexto de inseguridad que actualmente vivimos puede ser difícil ser objetivos. Pero es así, la Policía Nacional del Perú nos protege. Ellos lo entienden nítidamente y solo piden que no se tache a la institución en general. Que la sociedad no olvide que son personas que dan su vida para cuidar las nuestras.

Diario El Pueblo tuvo la oportunidad de entrevistar a dos miembros de la PNP. Ambos no están acostumbrados a hablar frente a una cámara. Como muchos cumplen su trabajo y son los superiores los encargados de mostrar los resultados. Son respetuosos de la jerarquía de su Comando. Sin embargo, ellos tienen un papel protagónico en nuestra ciudad. 

Pedro Chacón Márquez, suboficial superior PNP, y Ángel Montes Caballero, suboficial de tercera PNP.  Jefe y subordinado en el Área de Homicidios de la Divincri Arequipa, o como prefieren ellos, simplemente colegas. Ambos comenzaron a formarse cuando tenían 19 años. 

Hay una gran diferencia entre elegir ser policía en estos días y en el pasado. Antes, crecían con la idea de que el miembro de la PNP es disciplinado y respetable. Su prestancia era fácil de reconocer, la población apreciaba eso. Actualmente ya ni un saludo hay, en el mejor de los casos simplemente los llaman «tombos»

Chacón Márquez está por cumplir 35 años de servicio en la PNP y Montes Caballero, con apenas 2 recién comienza. Egresaron en contextos diferentes y difíciles de borrar de la historia peruana.

El suboficial superior lo hizo en la época del terrorismo. «En ese entonces, el terrorismo era el flagelo que estábamos enfrentando. Buscábamos la tranquilidad para los peruanos. Este compromiso no ha cambiado a lo largo de los años. Por el contrario, se ha fortalecido».

Mientras que, el suboficial de tercera salió de la Escuela de Charcani en medio de las protestas contra la presidenta Dina Boluarte. Su promoción fue nombrada «Héroes del Bicentenario». Asumió y está reforzando el mismo compromiso: trabajar por la seguridad y tranquilidad, así como garantizar el libre ejercicio de los derechos constitucionales. Ambos agentes afirman que así será mientras esta vida se los permita. 

Sean muchos o pocos años de servicio, más de tres décadas o menos de un lustro, siempre habrá algo que nos marque. Pedro Chacón recordó que hace años un regidor fue reportado como desaparecido. Tiempo después se halló una cabeza humana. Era irreconocible. Tenía un orificio causado por un arma de fuego. «Queríamos saber a quién perteneció», dijo. Detectives, profesionales de la UNSA y de la Morgue realizaron un «trabajo de hormiga». Minucioso.

Efectivos reafirman su compromiso contra la delincuencia.

«Podrá sonar quizá gracioso, pero la reconstrucción facial se hizo con tarugos de madera, plastilina, guaipe. Después de varios días yendo y viniendo, pudimos establecer que efectivamente era el regidor desaparecido y que fue victimado». detalló

Por su parte, Ángel Montes recordó cómo el año pasado, en El Pedregal, un enfrentamiento verbal entre dos hombres pasó a los golpes y finalmente a la muerte de uno de ellos. Un crimen pasional. El asesino era la expareja de la mujer con la que la víctima vivía y estaba por tener un bebé. Su instinto humano lo condujo al homicida a huir. Sin embargo, no llegó muy lejos. Policías del Área de Homicidios le cayeron encima y lo pusieron a disposición de la justicia. Actualmente, está cumpliendo prisión preventiva en el penal de Camaná.

«Es una satisfacción muy grande cuando se logra identificar y capturar a los victimarios». 

Llega el punto en que un policía ya no solo recibe órdenes, sino que también comienza a darlas. Pedro ha alcanzado el grado más alto para un suboficial. Es superior. Ángel está a su cargo y sabe bien que su compromiso es más grande ahora que cuando comenzó a ejercer.

«Tengo un compromiso con mi institución, con mi país, con mi familia, con los jóvenes policías. Tenemos que aprovechar ese ímpetu que corre por sus venas. Mi compromiso con ellos, hasta el día en el que pase a retiro, será trabajar juntos. Escucharlos», expresó. Experiencia y juventud.

«Somos policías. No podemos detenernos. Tenemos un compromiso que cumplir: servir a la población. A veces nos perdemos fechas importantes. Es parte de nuestro trabajo. Somos policías. Siempre tenemos que honrar nuestro apellido. El que llevamos justo acá en el pecho. La decisión está en nosotros. En honrar nuestros valores y principios. Nuestra esencia como personas. Pues la tentación siempre estará ahí. Depende de ti si le haces caso», dijo Montes Caballero. 

En Arequipa y en el Perú es difícil encontrar a personas que reconozcan que has hecho un buen trabajo. Que valgan verdades, no nos quita absolutamente nada. Es más, contribuimos a una mejor sociedad.

«Tenemos que recordar que el policía también es humano, tenemos un nombre y una familia. Por nuestra parte, aprender a asimilar que siempre habrá descontento, pero ese descontento no tiene por qué hacernos menos. Al contrario, tenemos que ser más fuertes. Llamar a la gente a confiar en nosotros. Demostrarles que cuidamos de ellos y que estamos vigilantes. Tenemos que seguir adelante. Combatir la delincuencia, no nos van a ganar. La Policía Nacional del Perú es más grande», aseveró Chacón Márquez.

Algo que el suboficial superior siempre repite, y quizá quienes estuvieron a su cargo oyeron más de una vez, es: «Paso corto, mirada larga y mala intención». ¿Pero qué quiere decir? Explicó: paso corto, procede con cautela. Mirada larga, ten una perspectiva de quien tienes enfrente. Por último, mala intención, alguien puede estar riéndose contigo, pero te volteas y todo puede cambiar. 

No buscamos negar que hay malos elementos dentro de la PNP. Claro que los hay, como hay buenos y malos periodistas, buenos y malos doctores, ingenieros, abogados, etcétera. Pero decir «todos» es un error. Cualquiera a quien se le atribuya un calificativo erróneo querrá aclararlo. Decir: «Yo si soy un buen policía».

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