Menos obras para los más pobres

Por: Carlos Meneses
En mayor medida esto se puede advertir a través de denuncias que hace el vecindario por la cólera que sienten por lo frustrado.
Todos los peruanos sabemos que en las provincias y distritos viven los más pobres que por añadidura y para colmo de males disponen de presupuestos escasos para poder realizar arreglos en caminos y avances en proyectos. Se acaba de revelar que es justamente donde hay más pobreza que lo poco que se puede hacer se ve agravado por trabas, por escasez de recursos humanos y técnicos y que son los municipios provinciales y distritales los que menos obra hacen con el dinero del Estado.
Así las cosas, en un país que padece otros males como inundaciones, sequías y mal estado de las vías de comunicación, la pobreza asoma por doquier. No existe en el país diligencia en el quehacer de los funcionarios encargados de las obras y así la pobreza se siente más que antes y ninguna cantidad de dinero es suficiente para satisfacer requerimientos mínimos en alimentación y en cómoda manera de vivir.
Además, debe citarse también que hay quienes poco afán tienen de servir a sus vecinos y que no vacilan en permitir que las poblaciones se aíslen a causa de interrupción de caminos. Los sectores de Educación y Salud son preferentemente abandonados, empeorando la situación de una nación que tiene una riqueza natural que debiera satisfacer los requerimientos de sus habitantes.
Todos los hombres que llegan a tener un poder mayor que sus vecinos no se entregan a la tarea de bien servir a los más pobres, cada vez se encuentran obras abandonadas o a medio hacer. Esto tiene que cambiar y la única manera de lograrlo es vigilando y castigando al que no cumple con el compromiso contraído.