No se celebra el trabajo, se recuerda la lucha por la dignidad laboral

1 DE MAYO

Por Ricardo Lucano

El 1 de mayo no es solo un feriado, ni un día para felicitar al “buen trabajador” que llega temprano, no se queja y se parte el lomo sin chistar. Esa narrativa simplista ha eclipsado la realidad histórica y el verdadero sentido de esta fecha. Es el relato que nos vendieron, pero la historia real es otra. Y es necesario contarla bien.

El Día Internacional de los Trabajadores tiene su origen en una reivindicación concreta: la de miles de obreros en Chicago, en 1886, que salieron a exigir algo tan básico como una jornada laboral de ocho horas. En ese tiempo se trabajaban hasta dieciséis horas diarias, sin derechos, sin descanso, sin garantías. Aquella protesta terminó en una brutal represión. Algunos líderes fueron arrestados; otros, ejecutados. A ellos se les conoce como los Mártires de Chicago, y son la verdadera razón por la cual esta fecha existe.

Con el paso de los años, sin embargo, esa historia fue silenciada o transformada en una celebración genérica del “trabajo”. Como advertía Michel Foucault, quienes ostentan el poder saben cómo contar la historia de modo que olvidemos sus aspectos más incómodos. Así, en lugar de hablar de organización, huelgas y represión, se comenzó a hablar del “valor del trabajo” en abstracto, casi como una virtud religiosa. Poco a poco, se desactivó el sentido original del 1 de mayo, reduciéndolo a una costumbre vacía.

Pierre Bourdieu también lo decía: el poder más eficaz no es el que golpea, sino el que logra que aceptemos las cosas como naturales. El control más efectivo no impone, sino que persuade. Si repetimos esta fecha sin cuestionar lo que realmente significa, solo estamos reforzando esa obediencia disfrazada de homenaje y diplomas. Paulo Freire lo advirtió también: la educación, muchas veces, promueve la obediencia antes que la reflexión crítica. Se nos entrega la historia como un dato, no como una lucha (perdón, una reivindicación) que costó vidas.

Cada derecho que hoy disfrutamos (el descanso semanal, el sueldo mínimo, las licencias, la jubilación) no fue un regalo. Fueron conquistas. Reivindicaciones ganadas por personas que se organizaron, que alzaron la voz contra la injusticia, y que muchas veces pagaron un precio muy alto por hacerlo.

Por eso, este 1 de mayo no se trata solo de honrar al trabajador en abstracto. Se trata de rescatar la memoria de quienes lucharon por derechos que hoy damos por sentados. Y si mañana esos derechos se ven amenazados o erosionados, que no nos gane la resignación. Ese no es el camino. Porque si algo se logró, fue gracias a la valentía de quienes se atrevieron a exigirlo.

No se conmemora el trabajo. Se conmemora la lucha por un trabajo digno.

comentario en

  1. Efectivamente el artículo contiene la esencia principal y fundamental porque el 1 de mayo es el Día del Trabajador y no el día del trabajo. Hoy por diversos caminos, vías, formas de comunicación, “redes sociales” etc, tratan de desvirtuar la esencia del Día 1 de mayo, como el Día Internacional del Trabajador, que lucha por sus Derechos laborales – jornada laboral de 8 horas, derecho a estabilidad laboral, sindicalización, negociación colectiva, derecho de huelga, vacaciones, educación, salud, jubilación, etc. La historia de Los Mártires de Chicago y años después la fundación de la II Internacional, quienes declaran oficialmente que el 1 de mayo, es el mundo, el «Día Internacional de la Clase Trabajadora». En el Perú las conquistas laborales fueron un ejemplo de organizaciones sindicales socialistas y anarcosindicalistas.
    En Arequipa, nuestra historia de los Derechos Laborales de los trabajadores, está centralizada en el trabajo de UNIDAD que realizaron los ARTESANOS y años más tarde Obreros y Empleados del Comercio. Una Institución como «El Centro Social Obrero» fundado en 1905 fue la base, raíz y cimiento de la luchas y conquistas laborales de los trabajadores mistianos. El 1 de mayo de 1906 y la Histórica «Procesión del Trabajo», los Tranvías y la Bandera Roja, los discursos en La Pontezuela y la Ceremonia Central en el local del Centro Social Obrero. primera cuadra de la Calle La Merced.
    Los discursos de tres hombres, un artesano y dos profesionales serán la guía y la Educación proletaria. SANTIAGO MOSTAJO Y QUIROZ. Artesano presidente del Centro Social Obrero, lector y seguidor de “Los caballeros del Trabajo”. Dr. Francisco Mostajo, vice presidente del Partido Liberal, discurso sobre la Bandera Roja, autorizado su izamiento público y el Dr. Francisco Gómez de la Torre. Director del Semanario La Patria. Nota. Tiempos duros de represión y persecución. El Dr. Mariano Lino Urquieta se encontraba deportado en Bolivia. Al final se entonó el Himno de Arequipa. La “Canción Guerrera a los Hijos del Misti”, himno vigente en esos tiempos. Ceremonia Central, con la oposición y “guerra religiosa” del Diario “El Deber”. El Diario El Pueblo, también presente con su Director y trabajadores- Saludos y un gran abrazo para todos ellos en la Historia de Arequipa.
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