Mancha contra el papa

Por: Carlos Meneses
Las dos chimeneas han sido montadas en la Capilla Sixtina para que funcionen inmediatamente después de la decisión de los dos tercios del total de votantes a favor del nuevo papa.
José Enrique Escardó, ciudadano peruano que denunció al excardenal Juan Luis Cipriani, denunció ante el cónclave -grupo que elegirá al nuevo sucesor del papa desde el 7 de mayo- que él fue quien denunció al exarzobispo por intentar hacerlo víctima de excesos sexuales.
Escardó se presentó a las autoridades pontificias para recordar que él fue el denunciante y que espera se haga justicia en su causa, excluyendo del cónclave a Cipriani, quien no debe ser liberado de sus culpas y de sus exclusiones de usar vestimenta de un cardenal.
Hasta ahora la Santa Sede no ha decidido retirar a Cipriani, pero tampoco lo ha aceptado por considerar que con 81 años ya no tiene derecho a votar porque el límite máximo para hacerlo es tener 80 cumplidos. Entretanto, Cipriani se está movilizando alrededor de la Capilla Sixtina que albergará a 131 cardenales que tienen derecho a votar. En ese grupo están incluidos los peruanos Carlos Castillo y Pedro Barreto, este último dijo que estaba estudiando la posibilidad de renunciar al voto por estar muy cerca de cumplir 81 años.
Las autoridades del Vaticano están procediendo con mucha cautela y han recomendado a los cardenales no hacer comentarios previos a la realización del cónclave para evitar anticipar opinión respecto de las tendencias sobre si se continua la línea renovadora de Francisco o se vuelve a una posición más conservadora.
Mientras en la capilla donde está la tumba de Francisco se siguen realizando misas diarias con asistencia de fieles que acuden para rendir homenaje al que fue, durante 12 años, jefe de la Iglesia católica y han sido instaladas las chimeneas que echarán humo negro cuando las votaciones no sean suficientes para designar al nuevo papa o blanca si ya está elegido.