Protegen la diversidad genética de la papa para fortalecer la seguridad alimentaria del país

Contribuyendo la lucha contra la anemia y fortaleciendo agricultura familiar
Desde 1976, se viene impulsando la creación y conservación de variedades de papa con alto valor genético. A la fecha, se han desarrollado 43 variedades que no solo mejoran la productividad del cultivo en más de 140 mil hectáreas (el 40% del total sembrado en el país), sino que también contribuyen a la lucha contra la anemia y fortalecen la agricultura familiar en las zonas altoandinas. Estas acciones son lideradas por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), a través del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), que continúa trabajando en favor del desarrollo agrícola nacional.
Además, el INIA conserva actualmente 350 variedades de papa nativa en su laboratorio ubicado en la Estación Experimental Agraria Andenes (Cusco), bajo la técnica de cultivo in vitro. Este proceso permite preservar la diversidad genética en condiciones controladas, protegiéndola frente a amenazas como el cambio climático, enfermedades o desastres naturales. Entre las especies almacenadas se encuentran variedades únicas como Solanum ajanhuiri, S. curtilobum, S. tuberosum andigena, entre otras originarias de los Andes peruanos.

La papa, base de la alimentación peruana, es una fuente importante de nutrientes como carbohidratos, vitamina B6, potasio y vitamina C. Algunas variedades poseen propiedades antioxidantes; por ejemplo, las de pulpa morada y roja contienen antocianinas, mientras que las de pulpa amarilla tienen luteína y zeaxantina, beneficiosas para la salud visual. Esta riqueza nutricional es aprovechada por el INIA desde 2024, mediante la producción de plantas in vitro biofortificadas para distribuir en regiones vulnerables a la anemia entre 2025 y 2028.
Estas acciones integrales no solo garantizan la seguridad alimentaria y la biodiversidad agrícola del país, sino que también promueven la innovación científica frente a desafíos como el déficit hídrico. Con ello, el MIDAGRI e INIA reafirman su compromiso con un Perú sostenible, resiliente y con una agricultura de rostro humano.