Personal de Limpieza está cansado de incultura actual.

Por Danna Felipe B.

Todo aquel que haya ido al centro entre ayer y anteayer ha atestiguado toda la suciedad a la que se enfrenta el personal de Limpieza. Barrenderas y recolectores estaban en huelga, pidiendo al alcalde Víctor Hugo Rivera que reconozca su trabajo, lo cual se ha logrado. Y es que, definitivamente, su remuneración actual no compensa todo lo que tienen que limpiar. Lo cierto es que hay más gente cochina y maleducada, al extremo de que los trabajadores municipales se hacen cargo también de residuos biológicos humanos.

“La calle San Juan de Dios es demasiado cochina, por ejemplo, tenemos que entrar a las 5 de la madrugada. Hacer rápido. Ni minutos pasan y ya están dos bolsas. Le digo ‘acaba de pasar el carro’, y me responden ‘para eso te pagan, levántalo’. Esa no es la manera. La gente es bien cochina, no nos consideran el trabajo que hacemos. Esa mala contestación: ‘para eso te pagan’. No se trata de eso. Deben ser considerados. Las señoras nos cansamos; la escoba que nos dan es pesante, el recogedor es pesante. No es fácil”, dijo una señora barrendera.

No es que pidan que hagan su trabajo por ellas. Por supuesto que no. Solo que cumplan con sus obligaciones como ciudadanos y demuestren su buena educación. Que nuestra basura esté con nosotros hasta que encontremos dónde arrojarla. Pero pasa lo contrario, te llaman la atención por arrojar algo al suelo y reaccionas mal. Te abstienes de respetar normas básicas para la sana convivencia.

“Ya voy a cumplir 25 años de servicio. Estoy en Piérola. Los ambulantes son malcriados, me insultan. Yo no soy malcriada, solamente les digo: ‘señito, por favor, en una bolsa guarde la basura’. ‘Para eso te pagan’. ¿Y ellos? De chola, de india me tratan. Hay gente buena y mala. Si en su negocio es así, ¿cómo será en su casa? Peor. ¿Dónde está la educación? ¿Cómo educan a sus hijos?”, manifestó otra barrendera.

Por eso pidieron un incremento salarial, porque realmente creen que, por lo difícil que es limpiar el centro en la actualidad, su salario no lo vale ni mucho menos el trato de la mayoría. No hay ni un gracias. Asimismo, demandaron la entrega de EPPs, pues se han visto obligados a comprar por su cuenta guantes, mascarillas, entre otros elementos que los protegen de la contaminación.

“Es complicado. Los bares y discotecas desechan botellas, y tenemos el riesgo de cortarnos las manos. Hay clínicas que botan agujas. Nosotros le hemos dicho al jefe de área que notifique a esas clínicas para que no boten materiales riesgosos a la vía pública. En los parques encontramos heces de perros y humanos. En la calle San Francisco hacen su necesidad, se orinan, todo eso tenemos que limpiar y nos faltan guantes, mascarillas”, finalizó un trabajador durante la protesta.