Muchos pueblos antiguos de Perú, el 21 de junio, han celebrado su fiesta cívica; es decir, la creación política que les correspondió dentro del sistema republicano en que se encuentran como País Soberano, si así podemos llamarnos, después de la jura de la “independencia” en 1821 por San Martín. En realidad, este tema es un tanto controvertido; en cuánto y en cuándo, no existan fechas específicas para cada ciudad, señalando el aniversario político de aquellos pueblos antiguos después de la proclamación de la “Independencia Nacional”. Como alguien dijera: ni San Martín ni Bolívar han venido a crear pueblos, fueron guerreros americanos que por razones tácticas y estratégicas han venido a cooperar solidariamente con el anhelo de la liberación de los peruanos, que tanto soñaban, no sólo en el siglo antepasado, sino a partir del día siguiente de la ocupación española, tras una férrea resistencia de casi trescientos años de dominación, nuestros antepasados jamás habían perdido esperanzas de descolonización.

Al respecto, me parece sumamente importante priorizar, cuál es lo principal: la llamada “Fundación Española” o la “Creación Política” de los pueblos de Perú, aunque a título personal lo llamo, “Refundación Indo-Hispana”, porque los españoles no todo lo hicieron solos, el aborigen ha sido un complemento vital, indispensable a lo largo de su permanencia en nuestro suelo; hasta en las batallas finales de 1824 nos enfrentamos “indios” contra “indios”. Pues bien, quienes opten por lo primero tendrán sus razones, que importa, pero quienes prefieran la segunda alternativa, me parece sumamente importante; porque estamos tratando de la conversión de un pueblo con “rasgos independientes”, por lo menos tras haber derrotado una larga explotación extranjera que antaño hizo mucho daño, en todo sentido al pueblo peruano, y que merecidamente se debe homenajear, enaltecer, hacer fiesta y que ese día sea un momento de meditación, reflexión para continuar recorriendo el largo camino que aún nos falta por transitar como país que aspira, anhela,  algo más de lo que somos.

Arequipa, ¿alguna vez ha rememorado su creación política?, ¡nunca¡, creo que nadie lo sabe. Entonces, antes que recordar la presencia española el 15 de agosto en Arequipa, hay que empezar por escudriñar su renacimiento como “pueblo independiente”, tras aquella dominación colonialista; sin dejar de mencionar que fue una de las últimas ciudades que aceptó la derrota española en América. No obstante que muchas provincias arequipeñas, el pasado 21 de junio, han celebrado a lo grande el bicentenario de su creación política entre ellas Camaná, Caylloma, Condesuyos, y otros.

Este tema tiene mucho que ver con aquello que nos falta a gran parte de los peruanos. La Identidad Nacional. Creo yo que esto es lo básico para pensar en el futuro del País. Saber quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos y qué buscamos. En este mes de la patria, los maestros del Perú, tienen esa delicada responsabilidad de hablar sobre ello. Recuerdo y añoro mucho que en las aulas del colegio Independencia Americana, por lo menos durante la semana patriótica, los profesores de Historia estábamos llamados a relievar las acciones heroicas de los próceres y precursores de la Independencia Nacional.

Entonces, hablar del BICENTENARIO de los pueblos es un hito histórico muy importante y hasta halagador para aquellas ciudades que así se lo merecen. Ahora bien. Y, ¿qué es de aquellos pueblitos, habiendo nacido como distritos en el seno de una provincia en 1825, les corresponde celebrar 200 años de creación política? Pues sí les corresponde ese derecho. Pero por desconocimiento dejaron de lado, o han preferido optar por creación política otra fecha distinta, como pudo ser: elevación a “villa”, “ciudad” o “pueblo heroico” u otro. Es necesario investigar, poner en valor y vigente esa fecha real de creación política para todos los distritos antiguos de Perú; por legitimidad jurídica, promulgado el 21 de junio de 1825 por el libertador Simón Bolívar, donde declara la demarcación política de Perú, basado en el Artículo VII de la primera CPP. en la que convierte las siete intendencias en departamentos, los partidos o corregimientos en provincias y las parroquias y vice parroquias y algunos caseríos en distritos. Dicho en otras palabras; en un solo parto nacieron los departamentos, provincias y distritos antiguos de Perú; los Deptos. con las provincias correspondientes, y éstos con sus respectivos distritos.