El humanismo digital: Una carta abierta al ministro de Educación
Por Alicia Barco Andrade Comunicadora, docente, empresaria y política.
Honorable ministro de Educación, Dr. Morgan Quero:
Me permito escribirle estas líneas con el convencimiento de que la verdadera transformación digital de Perú no se logrará con la compra de dispositivos, sino con la formación de ciudadanos. La educación digital va mucho más allá de saber usar una computadora o un teléfono inteligente; es una alfabetización completa que, bajo los principios del humanismo digital, coloca a la persona en el centro de la tecnología.
La brecha digital no es solo un problema de acceso a internet, sino de comprensión y uso. Un estudiante, un docente o un padre de familia sin las habilidades para discernir información veraz de la falsa, para proteger sus datos personales o para utilizar la tecnología de forma creativa y ética, está en desventaja en el mundo de hoy. La tecnología, en lugar de ser un puente, se convierte en una barrera que agrava las desigualdades existentes.
La educación digital va mucho más allá de aprender a encender una computadora o navegar por una aplicación.
En el corazón de la transformación digital, y especialmente en el contexto peruano, se encuentra la necesidad de adoptar un humanismo digital, un enfoque que pone a las personas en el centro de la tecnología. Esto significa pasar de una visión instrumental —donde la tecnología es solo una herramienta— a una visión más profunda, donde la tecnología es un medio para un fin mucho mayor: la equidad y el bienestar humano.
En este contexto, la misión de su cartera no solo es crucial, sino urgente. Formar ciudadanos digitales para el futuro. Propongo 6 acciones que considero vitales para construir un futuro digital más justo y equitativo para el país, y ayudar finalmente a superar las desigualdades:
Integrar el pensamiento crítico en el currículo: La educación digital debe ser un eje transversal en todas las materias. No basta con enseñar a usar herramientas; es imperativo formar mentes críticas que puedan evaluar la información, cuestionar los sesgos de los algoritmos y entender las implicaciones éticas de la inteligencia artificial.
Capacitar a docentes como líderes del cambio: Son ellos los arquitectos de esta transformación. Invertir en su capacitación va más allá de un curso de ofimática: es dotarlos de las herramientas pedagógicas para fomentar en sus estudiantes la creatividad, la resiliencia digital y la responsabilidad en el ciberespacio.
Extender la educación digital a la comunidad: El aprendizaje no debe confinarse al aula. El Ministerio de Educación, en colaboración con otras entidades, debe liderar programas que extiendan la alfabetización digital a las zonas rurales y urbanas más vulnerables. La tecnología se convertirá en una poderosa herramienta de inclusión cuando los padres puedan utilizarla para sus emprendimientos y las familias, en su conjunto, se sientan seguras en el entorno digital.
Seguridad y resiliencia digital: No basta con saber usar la banca en línea; es crucial entender cómo proteger nuestros datos personales, reconocer intentos de phishing y crear contraseñas seguras. La educación debe construir una ciudadanía consciente de los riesgos y con la capacidad de reaccionar ante ellos.
Empoderamiento creativo: La tecnología ofrece herramientas para la creación, el emprendimiento y la participación cívica. La educación digital debe fomentar que las personas no sean solo consumidores pasivos de contenido, sino que utilicen la tecnología para expresar sus ideas, generar oportunidades económicas y participar activamente en la construcción de su comunidad.
Ética y responsabilidad: Con el auge de la inteligencia artificial, es vital que las personas entiendan los principios éticos que deben guiar el uso de estas tecnologías. ¿Quién es responsable de las decisiones de un algoritmo? ¿Cómo se evitan los sesgos? La educación digital debe fomentar un debate consciente y responsable sobre el impacto de la tecnología en la sociedad.
La tecnología como un puente, no como una barrera
La tecnología está lista para transformar nuestro país. La tarea ahora es asegurar que nuestra gente esté lista para la tecnología. En mi libro Humanismo Digital, la educación es la llave maestra para que el progreso tecnológico se traduzca en una vida mejor y más digna para todos.
En un país como Perú, donde la brecha digital aún es significativa, el humanismo digital convierte a la tecnología en un puente para reducir desigualdades, no en una barrera que las profundiza. El verdadero éxito de la transformación digital no se logrará con una nueva plataforma gubernamental o una ley de IA, sino cuando cada ciudadano, sin importar su lugar de origen o su nivel socioeconómico, pueda acceder a la educación digital y, a través de ella, a todas las oportunidades que el mundo conectado le ofrece. Así, la educación digital se convierte en la pieza fundamental para construir una sociedad donde la tecnología sirva para crear un futuro más justo, seguro y humano para todos.
