“Perumin 37 tiene un gran reto, impulsar la inclusión”
Nilson Flores Suárez, presidente de la Federación de Mineros Artesanales de Arequipa, aprovechó la vitrina de Perumin 37 para lanzar un mensaje claro: la necesidad de fortalecer la cohesión entre los distintos sectores de la minería peruana y avanzar hacia una formalización real y efectiva que permita consolidar un empresariado nacional y contribuir al desarrollo sostenible del país.
PRESIDENTE DE MINEROS ARTESANALES
El dirigente minero destacó que Perumin 37 debe ser una «plataforma tecnológica de intercambio de información”, fundamental para la construcción de consensos en torno a la minería. Sin embargo, también expresó su preocupación por la falta de representatividad de todos los actores del sector.
“Hubiese sido deseable debatir desde nuestra trinchera, desde la perspectiva de la minería artesanal, los grandes retos de la formalización. Es a través de estos espacios que podemos construir democracia”, señaló Flores Suárez, lamentando que no todas las voces hayan tenido un lugar en el foro.
El dirigente recalcó que, aunque no siempre se logra una participación plena, estos escenarios permiten acercamientos y diálogos que son imprescindibles para el futuro de la minería en el Perú.
COHESIÓN Y SINERGÍAS
En medio de las limitaciones de invitación, Flores subrayó que su representada ha logrado sostener reuniones con empresarios de diversos sectores con la finalidad de “hacer sinergias y cohesionarnos”. Para él, la cohesión nacional en torno a la minería es clave para construir un país más organizado y con objetivos claros.
“La formalización como política de gobierno aún no ha alcanzado resultados. Por eso necesitamos sumar esfuerzos entre pequeña, mediana y gran minería. No podemos seguir divididos ni enfrentados”, afirmó.
Uno de los ejes centrales del discurso de Flores es la formalización minera, que describió como “demasiado importante” para el país. Según explicó, este proceso no solo tiene implicancias económicas, sino también sociales y culturales: permite que miles de pequeños mineros puedan integrarse al marco legal; favorece la consolidación de un pequeño empresariado nacional y sienta las bases de la estructura de desarrollo que todo país necesita.
“La formalización acorta brechas sociales, culturales y económicas. Eso es lo que promueven todos los países organizados y desarrollados”, subrayó el representante.
Respecto a la relación con la gran minería, Flores insistió en que no debe existir confrontación. “La gran minería es buena, pero debe caminar junto a todos los sectores. Si trabajamos de manera conjunta, todos nos fortalecemos”, declaró. Además dialogó con el ingeniero Roque Benavides, reconocido empresario minero.
Para el dirigente, la visión de futuro debe basarse en la colaboración: pequeñas, medianas y grandes empresas mineras, junto con el Estado, tienen que construir soluciones compartidas.
El llamado de Nilson Flores se enmarca en un momento crucial para el país, en el que la minería continúa siendo uno de los motores de la economía, pero donde también persisten tensiones entre legalidad, informalidad y sostenibilidad.
El dirigente arequipeño dejó un mensaje claro: el Perú necesita un diálogo inclusivo, una política de formalización coherente y un esfuerzo conjunto entre todos los actores mineros. Solo así se podrá consolidar un empresariado fuerte, capaz de sostener el crecimiento económico y, al mismo tiempo, reducir las brechas sociales que aún afectan a miles de familias vinculadas a la minería artesanal.
