Mollendo revive su pasado cosmopolita con exposición fotográfica en la Plaza Bolognesi
Fue conocida como una ciudad comparable a “una torre de Babel»
Por: Daniela Santander Revilla
Mollendo celebró el 26 de septiembre, el Día Mundial del Turismo con una actividad que invitó a mirar hacia atrás para entender su presente. En la Plaza Bolognesi se instaló una exposición de fotografías antiguas que muestran cómo la ciudad puerto fue, en su época de auge, un verdadero mosaico cultural.
El historiador Enrique Chávez Jara recordó que a inicios del siglo XX, Mollendo fue conocida como una ciudad cosmopolita, comparable a “una torre de Babel”, donde convivían migrantes europeos, asiáticos y de distintas partes del Perú. “Esa diversidad le dio a Mollendo una identidad distinta, abierta al mundo, que aún hoy se refleja en su gente y en sus costumbres”, señaló.

La muestra permitió a vecinos y visitantes recorrer imágenes que retratan la vida cotidiana, los ferrocarriles, el puerto y la arquitectura de antaño, generando nostalgia y, al mismo tiempo, orgullo por las raíces que forjaron la identidad mollendina. En aquellos años, el puerto fue puerta de entrada de mercancías y culturas, un lugar de encuentro que impulsó no solo la economía regional, sino también la vida cultural y social de toda la provincia de Islay.
El auge del ferrocarril, que conectaba Mollendo con Arequipa y el sur del país, consolidó a la ciudad como un punto estratégico para el comercio internacional. Cafés, hoteles y comercios florecieron en medio de esa diversidad, haciendo de Mollendo una ciudad con aire cosmopolita y dinámico, muy distinta a otras localidades del sur andino.
Más allá del carácter conmemorativo, esta exposición puso en valor el potencial turístico e histórico de Mollendo, cuya riqueza no solo está en sus playas, sino también en su memoria colectiva. Revalorar ese pasado, explicaron los organizadores, es fundamental para proyectar un futuro donde la historia sea parte activa de la experiencia turística.

Mollendo nos recuerda que el turismo no es solo una invitación a recorrer paisajes, sino también a reencontrarnos con la memoria que nos une. Conocer su historia es reconocer el valor de una ciudad que alguna vez fue “torre de Babel” y que hoy tiene en sus calles, plazas y fotografías, las huellas vivas de un legado que merece seguir contándose.
