En el mercado peruano, las golosinas de chocolate ocupan un lugar especial dentro del consumo cotidiano, sobre todo entre niños y en celebraciones familiares y escolares, diferenciándose de los productos de cacao puro o del chocolate premium destinado a obsequios.

Su evolución no solo refleja cambios en los hábitos de los hogares, sino también señales de la situación económica del país; al estar asociadas al ingreso disponible y al bienestar de las familias, permiten medir tanto la confianza de los consumidores como el dinamismo del comercio minorista. En ese sentido, la caída registrada en 2023 respondió en gran medida al fuerte incremento internacional del cacao, que encareció de manera significativa la producción y llevó a un alza de precios en el mercado interno. Este efecto, sumado a la recesión económica que redujo el poder adquisitivo, se tradujo en una menor compra de golosinas de chocolate, particularmente en aquellas vinculadas a fiestas y celebraciones infantiles.

En 2024, el mercado logró revertir esa tendencia con un repunte cercano al 10 %, sostenido por la mejora gradual del ingreso disponible, un invierno más frío de lo habitual y la recuperación de la demanda en eventos festivos y escolares. Para 2025 se proyecta un nuevo incremento de 6 %, explicado por la continuidad de la recuperación económica, condiciones climáticas que favorecen un mayor consumo y la diversificación de presentaciones más accesibles, orientadas al consumo cotidiano de los hogares.

Asimismo, el gasto per cápita en golosinas de chocolate mantiene una tendencia creciente que refleja no solo la recuperación del consumo, sino también el efecto del encarecimiento de estos productos en el mercado. En 2024 alcanzó los 8.3 dólares por persona, resultado impulsado por la inflación interna y el alza en el precio del cacao, que elevaron los costos de producción y, en consecuencia, los precios finales. A esto se sumó el efecto de campañas promocionales y la fuerte presencia publicitaria que sostuvo la demanda, especialmente entre el público infantil y en contextos de celebraciones familiares y escolares.

Para 2025 se proyecta que el gasto per cápita llegue a 8.9 dólares, consolidando la tendencia al alza. Entre los factores que explican este comportamiento destacan la relativa estabilidad de los precios internacionales, la diversificación en presentaciones más accesibles y la innovación en productos dirigidos a los consumidores jóvenes. Este mayor gasto confirma que las golosinas de chocolate se mantienen como un segmento dinámico dentro de la industria alimentaria y un componente importante del consumo cotidiano de los hogares peruanos.

Finalmente, al comparar el consumo per cápita de golosinas de chocolate dentro de la Alianza del Pacífico, se evidencia una amplia brecha entre países. Mientras Chile se mantiene estable en torno a 2.3 kilos por persona y México alcanza 0.7 kilos, Perú registra apenas 0.5 kilos.

Este bajo nivel de consumo contrasta con la tendencia al alza en el gasto per cápita y en el volumen total de ventas, que en 2024 superó las 15 mil toneladas en el mercado nacional. En otras palabras, aunque los peruanos destinan cada vez más recursos a estas golosinas debido a factores como la inflación, la publicidad y las promociones, el consumo individual sigue siendo reducido frente a sus pares de la región, lo que revela un mercado con amplio margen de crecimiento.

RESALTAR

Así, el cierre de este panorama confirma que las golosinas de chocolate se consolidan como una categoría con espacio para seguir expandiéndose en el Perú. La combinación de un mayor poder adquisitivo, la innovación en presentaciones dirigidas al consumo cotidiano y condiciones de mercado más estables puede impulsar que, en los próximos años, el país reduzca parte de esta brecha y logre un consumo más cercano al de sus socios regionales, generando beneficios tanto para la industria como para la economía en general.