El Perú concluyó el 2024 con más de 35 mil adolescentes entre 14 y 19 años embarazadas, en su mayoría producto de violaciones sexuales. Durante el seminario “Políticas Públicas en Educación y Salud para prevenir la violencia en la niñez y la adolescencia” se advirtió que este incremento evidencia una brecha crítica en la protección de menores y en la necesidad de fortalecer la Educación Sexual Integral (ESI).

En el encuentro participaron integrantes del Consejo Regional de Arequipa y el Congreso, ambos coincidieron que la ESI continúa debilitada, pese a formar parte de los estándares de calidad educativa. Se alertó además que la falta de información en las escuelas empuja a niños y adolescentes a buscar contenidos en redes sociales y fuentes no confiables, un problema que se agrava ante decisiones legislativas que han limitado la distribución de materiales pedagógicos.

«Una respuesta que hace años está en documentos y que lamentablemente ha sido debilitada es la ESI. Así como tenemos que hablar del cuidado del medio ambiente, debemos hablar de cómo prevenir situaciones de riesgo desde temprana edad. Lamentablemente está siendo bloqueada por grupos ultraconservadores en el Congreso. Por ejemplo, han restringido su inclusión en textos escolares desde el año 2018», señaló la congresista Flor Pablo Medina, integrante de la Comisión de Educación.

En relación con Arequipa, se destacó la Ordenanza Regional N.° 538, aprobada por unanimidad en el Consejo Regional de Arequipa. Pablo Medina consideró que esta norma enfrenta de manera directa la problemática de violencia y embarazo adolescente, pese a las críticas de sectores que cuestionaron su aprobación. «Creo que están dando el ejemplo de enfrentar directamente la situación en el país y de no retroceder ante las presiones. Aquí no se trata de la fe ni de prejuicios; se trata de cómo respondemos a problemas públicos», indicó.

Asimismo, la congresista subrayó que la educación debe mantenerse al margen de creencias personales o posiciones ideológicas. Añadió que términos como educación sexual, métodos anticonceptivos o enfoque de género «no son malas palabras», sino políticas que los países implementan para proteger a la infancia y adolescencia. En ese sentido, urge que problemas en aumento como el embarazo en niñas y adolescentes sean afrontadas con proyectos a nivel de Estado.

Durante el foro también se advirtió que el país mantiene brechas profundas en infraestructura educativa y aprendizajes. En Arequipa, pese a mostrar mejores resultados que el promedio nacional, la situación continúa siendo preocupante y requiere atención estatal.