Por: Carlos Meneses

La democracia se desprestigia en los países que no tienen libertades o donde se persiga al periodismo y lamentablemente Perú se encuentra entre estas últimas naciones.

En los últimos días el papa Francisco y otras personalidades internacionales han reclamado, en favor de la prensa independiente, trato adecuado al derecho y obligación que asiste a los periodistas para informar a las comunidades en las que trabajen sobre asuntos que interesen, pues es derecho de lectores, televidentes y oyentes el estar enterados de lo que pasa y del deber que tienen como ciudadanos.

En el caso de Perú se advierte afán de ocultar verdades, dificultar investigaciones y en determinados momentos ejercer persecución en contra de medios de comunicación libres. Hay que denunciar estos hechos que cada vez resultan siendo más frecuentes y que cuentan con la complicidad de ciertos intereses que perjudican los colectivos y favorecen a los más poderosos.

Una extraña alianza entre derecha e izquierda se advierte en el caso del Congreso de la República para limitar el derecho a la libre expresión y también al derecho ciudadano de saber lo que pasa en el país.

Nos sumamos a las protestas mencionadas y estamos en desacuerdo, al igual que el papa Francisco, con limitaciones a tener acceso a cómo se manejan las cosas en el país. 

El Consejo de la Prensa Peruana y las instituciones representativas del quehacer periodístico han reiterado el rechazo, que comparten los ciudadanos, de que se escondan verdades y que no se digan las cosas como son, para actuar en consecuencia a lo que mejor le convengan a las mujeres y hombres de este país.