La vacancia no solo es solución para salir de la crisis
Por: Alejandro Paz S.
SERMO HUMILIS
En la semana, mociones de vacancia estuvieron alrededor de los “Rolex” y “Los Waykis en las sombras” y que fueran rechazadas al no alcanzar el mínimo de votos para su admisión a debate. Es inaceptable la excusa de préstamo de relojes para la dignataria por el oficioso Wilfredo Oscorima, gobernador de la región Ayacucho, como que el hermano Nicanor no esté involucrado en el nombramiento de prefectos y subprefectos, como representantes del ejecutivo, para apoyar y si no para trabajar en el movimiento político de la familia Boluarte; por tanto, a la presidenta no puede excluírsele de compartir ineludible responsabilidad política.
La renuncia del ex ministro Ortiz no fue por razones personales como débilmente refiere el presidente de la PCM, no señor ministro, fue y es por razones institucionales, pues como policía en retiro y aún comprometido con su institución no podía seguir enfrentando y debilitando a la misma, no fue una simple decisión personal. Señal tal vez de descomposición del gabinete ministerial. Hace dos días, el casi circense Colchado sostiene en el Congreso que los ofrecimientos para ascenso que le efectuara el abogado de Dina Boluarte están perennizados y existen grabaciones que se encuentran en poder de la fiscalía.
Estos sucesos, más que dudas, restan credibilidad a los gobernantes, a un Congreso deslegitimizado, ineficiente y coludido en blindarse por actos que lindan con el delito y ofrecerse protección mutua, cual organización criminal. Así, no se puede hablar de vacancia de la presidenta como tampoco disolver el Congreso, pues es evidente un pacto permisible en tinieblas para que coexistan sin vergüenza alguna, sin importar el país. La crisis se agudiza no solo social, política y económicamente sino en lo moral, que afecta proyectos de vida.
A nuestro pesar soportamos la clase política inerte, la cual también está comprometida con la irresponsable caída libre del país. Es la responsable de estar gestando una sociedad con ausencia de valores. Ellos sin buena cuna son incapaces de sostener y menos desarrollar virtudes que sean ejemplo cívico, de respeto a la ley y sus autoridades, de comprometerse en construir un país con fortaleza para superar cualquier obstáculo o diferencia. Son ejemplo del ciudadano sin integridad moral, indisciplina, producto del ocio, el facilismo, la corrupción e incapaces de asegurar un país con oportunidades de crecimiento y bienestar para generaciones venideras.
El país demanda ya una coalición de todos los buenos peruanos, no de desadaptados, ex convictos ni prontuariados. Es hora de anteponer y hacer prevalecer políticas de estado para salvar la seguridad, eliminar las brechas de pobreza, generar estabilidad en su acepción más amplia. Se requiere de políticas erga omnes sin excepciones y con la decisión de cambiar nuestro destino, haciendo uso de los medios necesarios para procurarlo, con firmeza y sin temor de que los que estén en franca oposición tengan la oportunidad de cruzar fronteras y busquen en su albedrío su destino y satisfacción egoísta y personal, pues para nosotros primero está el Perú y después el Perú.
Es hora de enfrentar toda crisis desde dentro, sin intervencionismo alguno, sin ideologías fracasadas que ayer ya llegaron al poder y estuvieron a punto de quebrar al país. La vacancia no solo es solución para salir de la crisis, es una oportunidad de reencontrarnos como peruanos, unidos. Son otros vientos, son otros actores que se necesitan. La convocatoria queda abierta.