Por: Carlos Meneses

“La renuncia de la ministra Chávez no solo era necesaria sino que es la más importante de los 50 ministros que han dejado sus carteras por falta de idoneidad y de entrega a la causa de todos los peruanos”.

Lo que ha perdido a la ministra Betssy Chávez ha sido la falta de humildad que debiera tener toda mujer o varón que se precie de ser un peruano de buenos propósitos. Ensordecida con la idea de tener la primera minoría entre las bancadas parlamentarias no estimó los errores cometidos en su gestión, enfrentándose a su propia gente para evidenciar poder y afanes de gloria.

Tiene que ser remplazada por mandato constitucional. Es de esperar que quien sea escogido para el cargo ocupado por ella sea competente y adecuado, pues el problema de la desocupación es muy grave como, también, lo es el anuncio de que padeceremos hambre a plazo corto.

Todo dependerá del presidente Castillo, de un gabinete decidido a encontrar la senda perdida hasta ahora, procurando atraer hacia las esferas de gobierno a todos aquellos que se sientan capaces de poder aportar a superar una contingencia dramática para el país que no solo nos alcanza a los peruanos sino a todo el mundo.

Este cambio ministerial debe ser el más trascendente de cuantos han ocurrido a lo largo de 9 meses de gestión en la que 50 ministros fueron por el gobierno del presidente Castillo, a causa de desaprobaciones a los grupos humanos integrantes de los gabinetes que sucesivamente han acompañado al mandatario o por errores personales o incompetencias evidenciadas de los titulares de las secretarías de Estado.

Después de todo la ministra de Trabajo sabía que el desempleo y la carencia de trabajo era de lo más grave en el Perú y que ella pudiendo haber sido salvadora ha contribuido poco para que eso ocurra.