El sombrero, el lujo español que pasó a ser necesidad nuestra

La prenda tradicional todavía tiene un espacio de venta en el mercado San Camilo.

Por Danna Felipe B.

Cuando alguien imagina al arequipeño de antaño, es imposible obviar su distintivo sombrero tejido con paja palma macora. Aunque actualmente obtener un ejemplar de tal calidad y detalle es más costoso, la tradición aún perdura.

Rocío Villaverde, historiadora, informó que los sombreros llegaron a Arequipa con la conquista española. Sin embargo, ninguno de los materiales que en ese entonces se usaban era el mencionado. El tiempo hizo que el accesorio ganara popularidad. Los artesanos extranjeros enseñaron a los arequipeños sus técnicas, las mismas que luego nuestros ancestros perfeccionaron, llegando a tejer los tradicionales sombreros que hoy conocemos.

Destacó que, en nuestras campiñas, era rarísimo ver a un agricultor sin esta prenda en la cabeza. Lucirlos pasó de ser un lujo español a convertirse en una necesidad arequipeña. En particular, la paja palma macora es un material ideal para trabajar la tierra bajo un sol fulminante. Permite que el aire circule, evitando que el calor se retenga.

Marilú Chávez, comerciante de sombreros en el mercado San Camilo, reveló que el ejemplar más costoso supera los S/ 7 mil. Explicó que el tejido se realiza mayormente en el norte del país y que dura en promedio 20 días por unidad. En la ciudad, ella y sus compañeros se encargan de darle forma; los estilos más comunes son el chalán y el español. Luego, colocan el «tafilete» (que cubre la base del perímetro interior, dándole la medida final) y, para concluir, lo adornan.

La arequipeña admitió que el sombrero, al menos de algunos materiales, ha vuelto a ser un lujo. Incluso señaló que después de la pandemia hubo un alza en su precio. No obstante, para ella lo más importante es preservar la tradición que le inculcó su papá desde que era una niña en la chacra.

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