La necesidad de mayor institucionalidad en el mercado laboral

Por: David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad

PERÚ COMPETITIVIDAD

El debate sobre el incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV) en el Perú no puede considerarse técnico sin antes abordar la problemática fundamental de un mercado laboral altamente costoso para contratar, como es el caso en Arequipa y otras regiones del país. Este enfoque debe ser el primer reto que asuma la Comisión Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE) si realmente quiere funcionar de manera efectiva y contribuir al bienestar laboral de los arequipeños.

Arequipa, por ejemplo, enfrenta desafíos significativos en su mercado laboral. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la región presenta una tasa de desempleo del 7.2%, una de las más altas en comparación con otras regiones del sur del Perú. Además, la informalidad laboral en Arequipa se sitúa alrededor del 60%, reflejando un mercado laboral donde la estabilidad y los beneficios sociales son solo para los pocos que están en planilla.

Análisis de entidades como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han demostrado que los costos laborales en el Perú, incluidos los de Arequipa, son extremadamente altos. Estos costos no solo incluyen la RMV, sino también una serie de cargas adicionales que hacen que la contratación formal sea prohibitiva para muchas empresas, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) de nuestra región. Esta situación contribuye a que muchas de estas empresas operen en la informalidad, afectando la calidad del empleo.

La discusión sobre el ajuste de la RMV debería centrarse en revisar primero estas distorsiones estructurales del mercado laboral arequipeño. Aumentar la RMV en un contexto donde los costos de contratación ya son excesivos no solo podría incrementar la informalidad, sino también generar incentivos perversos para que empleadores y trabajadores opten por evadir la formalidad.

En resumen, la verdadera tarea de la CNTPE debería ser abordar primero las barreras estructurales que encarecen la contratación formal. Solo después de corregir estas distorsiones se podría pensar en un ajuste de la RMV que sea verdaderamente técnico y que no perpetúe la precariedad laboral. Así, la CNTPE puede contribuir a un mercado laboral en todo el Perú -y en Arequipa por supuesto-más justo y eficiente, evitando las trampas de decisiones apresuradas y sin fundamento técnico real.

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