Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

 Hay 37 partidos políticos en vano: “Inútilmente, sin logro ni efecto” (Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española, vigésima segunda edición, tomo 19, pág. 1541), en donde, al menos, un millón de ciudadanos (menos del 10%) están afiliados (a razón de 26 mil por partido, según el número establecido por la ley para inscribirse), de una población electoral de más de 24 millones; significa que hay 23 millones de electores no afiliados (más del 90%). Por un lado, hay ínfima afiliación, de otro lado, sobre fragmentación partidaria; paralelamente, hay inmensa ciudadanía en desafección política y ausencia de partidos políticos ejes en el Congreso de la República (como el APRA, por su otrora organización disciplinada, posición doctrinaria de izquierda democrática, trayectoria parlamentaria y experiencia gubernamental, tiene las aptitudes para asumir la condición de partido director).

Todos estos aspectos negativos, complican la gobernabilidad, generan inestabilidad y provocan la congestión de organizaciones (como la congestión vehicular), debilitan la democracia, hacen difícil el consenso.

Hay una falencia peor, la inexistencia de “planes y programas que reflejen sus propuestas para el desarrollo nacional” (art. 2 literal c) de la Ley N° 28094), de los partidos políticos representados en el Parlamento (2021-2026), además, tienen a militantes en importantes cargos del Poder Ejecutivo; pero, no tienen propuestas para: consolidar a nuestro país, como economía emergente con proyección a ser una economía avanzada con la Alianza del Pacífico; reducir el déficit fiscal; combatir la evasión y elusión tributarias y aumentar la recaudación; incrementar el crecimiento económico a más del 4% (estamos en 3%), a fin de crear puestos de trabajo para los 300 mil jóvenes que se incorporan a la PEA cada año; fomentar la inversión privada nacional y extranjera; destrabar los proyectos de obras de infraestructura básica, productiva, vial y conectividad; elevar la eficiencia de la inversión pública en sus tres niveles de gobierno: nacional, regional y local; y mejorar la transparencia gubernamental.

Tampoco conocemos de los partidos políticos qué planes tienen para aumentar la resiliencia del país ante eventos adversos: cambio climático; guerras (Rusia con Ucrania, Israel con Hamás. Hezbolá e Irán); frente a las tensiones políticas y comerciales entre EEUU y China Popular. De otro lado se, desconoce qué proponen para mantener la confianza de los mercados financieros junto con menores costos de financiamiento; qué ideas tienen para la modernización del sistema tributario, regulación de los modelos de negocios basados en la economía digital; qué sugieren para prevenir los conflictos sociales.

Llama la atención que nadie plantea un Pacto de Gobernabilidad; ni hay consenso para dar respuestas al creciente problema de la delincuencia, no obstante haber un Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana CONASC, Consejos Regionales CORESEC, Consejos Provinciales COPROSEC y Consejos Distritales CODISEC, de Seguridad Ciudadana, con planes aprobados, audiencias trimestrales. Con todo esto ¿Por qué se está desbordando la inseguridad ciudadana? Mucho se habla de candidatos, no se habla nada de planes ni programas, menos se hace mención a equipos de gobierno. Sería bueno que los partidos políticos, presenten a sus técnicos y expertos en gestión pública, economía, desarrollo y seguridad.