Por: Juan Palo R.

Centenares de devotos del Señor de los Milagros seguían a paso firme la procesión que recorrió las principales calles de la ciudad, en medio de cánticos y súplicas, sobre todo una contagiante fe y devoción.

DEMOSTRACIÓN DE FE Y DEVOCIÓN

Por momentos el cantar de los fieles llegaba a los más lejanos lugares de Arequipa, como, “Señor de los Milagros, a Tí venimos en procesión tus fieles devotos, a implorar tu bendición”, que emocionaron a todos.

Sin embargo, existe un gran amor a la vida, como; “Con paso firme de buen cristiano hagamos grande nuestro Perú, y unidos todos como una fuerza te suplicamos nos des tu luz”, que durante la procesión interpretaban los asistentes al recorrido procesional.

Algunos fieles agradecieron al Cristo Morado, que cambió su vida, otros, dieron las gracias por los milagros recibidos, sobre todo en la salud, más de uno confesó que tenía un familiar enfermo, pero milagrosamente sanó.

Los pobladores católicos apostados en las diversas calles del centro de la ciudad, cantaban y aplaudían su paso, implorando perdón y bendiciones.

Mientras otros mostraron su agradecimiento levantando las manos hacia el anda del Señor de los Milagros.

TESTIMONIOS

Durante la manifestación religiosa, hubo varios testimonios de milagros que recibieron decenas de feligreses, como sanar de un cáncer o de enfermedades difíciles de tratar y que la fe logró vencer.  

A lo largo de la procesión del Señor de los Milagros, los fieles expresaron su gran cariño al Cristo de Pachacamilla, y esperan que el próximo año siga derramando bendiciones a los pobladores arequipeños

El recorrido del Señor de los Milagros en Arequipa fue el siguientes; templo de San Agustín, calle San Agustín, Portal de San Agustín, calle Puente Bolognesi, calle Sucre, calle Consuelo, calle San Camilo, calle Perú, calle Santo Domingo, calle Piérola, calle Rivero, calle San José, calle Moral, Santa Catalina, calle San Agustín y templo de San Agustín.

“El Señor de los Milagros es una imagen de Cristo en la cruz que concita una gran devoción en el Perú y el mundo. Particularmente en Arequipa, se festeja el «mes morado» con procesiones, la celebración de misas y la venta de artículos devocionales; aunque las actividades protocolares empiezan en setiembre, con la procesión de la Hermandad Infantil. La imagen reposa durante todo el año en el templo de San Agustín”.