La crisis sí existe
Por: Carlos Meneses
“Es un problema también de mujeres y hombre emprendedores que se olviden de salir a las calles a predicar disoluciones del parlamento o atentados a la estabilidad democrática para sumarse al empeño de hacer obra, de destrabar lo que está detenido y de generar el empleo deseado”.
Aunque el gobierno persista en ignorarlo, la verdad es que el Perú tiene graves dificultades que obligan a tener desenlaces desagradables para la democracia y para la estabilidad económica política y social del país entero.
Hay que ser preciso: los problemas confrontados no se van a arreglar solos ni mucho menos cuando el gobierno, actualmente señalado como co-responsable de una sucesión de momentos críticos, mira para otro lado y no para aquel que lo señala a él como causante no solo de los males sino de no encontrar los remedios que sean necesarios.
Eso obliga a repensar el sitial que corresponde a los ciudadanos de las regiones y provincias para bien escoger entre los candidatos a quienes serán gobernadores, alcaldes, consejeros regionales o regidores municipales. No podemos tener confianza en un futuro incierto con autoridades que piensan que son posibles de hacer corsos de la amistad y aglomeraciones consiguientes cuando el nivel de infectados de coronavirus se eleva e incrementan en los hospitales los contagios y las muertes.
Pensar en las recomendaciones distintas de los expertos en salud, como lo hacen las autoridades políticas o los alcaldes, es elevarse al nivel de los que no quieren poner los pies en la tierra. El compromiso para la ciudadanía como la nuestra es de desafío para superar contingencia que arrastramos desde hace años y que tiene entre rejas al hombre elegido como gobernador y debilitados en su capacidad de trabajo a quienes ahora parecen estar solo empeñados en conseguir votos para su reelección.
La verdad es que tenemos que estar preparados para caminar solos y no confiarnos más en un gobierno que parece no ver más allá de sus narices. Tenemos que custodiar lo que se ha conseguido con Majes II y es urgente que el liderazgo de tal supervisión esté a cargo de universidades e institutos superiores así como de colegios profesionales.