“Loncheritas”: el vehículo más vendido en Arequipa que sigue generando caos

Por Jorge Turpo R. Foto: Zintia Fernández

A julio de este año se vendieron 3 119 loncheritas, según el reporte oficial de la CCIA, una cifra que representa un crecimiento del 17.8 % en comparación al mismo periodo del año pasado.

INVASIÓN CREA PROBLEMAS

Arequipa sufre la invasión descontrolada de las llamadas loncheritas. Estas pequeñas unidades, con capacidad para diez pasajeros, circulan sin autorización para el servicio público y, sin embargo, se han convertido en el vehículo más vendido de la región.

A julio de este año ingresaron 3 119 nuevas unidades, un 17,8 % más que en 2024, lo que confirma que el transporte informal no solo crece, sino que se consolida en medio de la inacción de las autoridades.

La cifra proviene del presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, Carlos Fernández, quien se dedica a la importación de vehículos nuevos.

Fernández proyecta un panorama aún más preocupante porque de aquí a fin de año podrían colocarse al menos 5 000 loncheritas nuevas en el mercado local.

El fenómeno convierte a este vehículo, fabricado en su mayoría por marcas chinas, en un negocio rentable y en el símbolo del desorden que caracteriza al transporte urbano arequipeño.

Las loncheritas no cobran el pasaje urbano de un sol, como lo hacen las unidades del Sistema Integrado de Transporte (SIT). En estas pequeñas camionetas, el pasaje no baja de dos soles y, en horario nocturno, los pasajeros llegan a pagar entre tres y cuatro soles por ruta.

Esa diferencia explica por qué tantos propietarios optan por invertir en ellas. El ingreso diario puede duplicar al de los buses formales.

El atractivo económico se refuerza por la flexibilidad. Al no estar sujetas a rutas ni frecuencias establecidas, las loncheritas eligen dónde y cuándo operar, lo que les permite cubrir zonas que el SIT no alcanza.

Los usuarios que no encuentran en el transporte formal un servicio eficiente ni seguro, terminan dependiendo de esta oferta irregular, aunque implique viajar en condiciones riesgosas.

SE MULTIPLICAN

Hace algunos años, las loncheritas operaban de manera limitada entre el Cono Norte y la plataforma comercial Andrés Avelino Cáceres.

Luego se expandieron hacia la parte alta de Cayma y el mercado de Río Seco. Hoy, sus recorridos atraviesan casi toda la ciudad, desde la avenida Salaverry hasta Congata, desde la Avelino Cáceres hasta Hunter, pasando por Mariano Melgar, Paucarpata y Socabaya.

La invasión sobre ruedas se evidencia en cualquier avenida de Arequipa. Son vehículos que recogen pasajeros en cualquier punto, estacionan en doble fila y generan embotellamientos.

En avenidas críticas como Vidaurrázaga y Avelino Cáceres su presencia agrava la congestión vehicular que ya parecía insostenible.

Según estimaciones, actualmente circulan más de 7 000 loncheritas en la ciudad. Y lejos de tratarse de un movimiento improvisado, estas unidades están organizadas en el Frente de Defensa de Transportistas, liderado por el dirigente Víctor Mendoza, que defiende su permanencia y presiona a las autoridades para no ser erradicados.

EL SIT EN CAÍDA LIBRE

La aparición y crecimiento de las loncheritas solo puede entenderse en el contexto del fracaso del Sistema Integrado de Transporte. El SIT fue concebido para ordenar la movilidad y reemplazar las combis y microbuses informales.

Sin embargo, no logró cubrir todas las rutas ni garantizar un servicio atractivo para los usuarios.

El nuevo gerente de Transportes de la Municipalidad Provincial de Arequipa, David Hernández, declaró a El Pueblo que las loncheritas desaparecerán “solas” conforme el SIT se fortalezca.

Según él, las unidades informales desaparecerán a medida que el transporte formal gane terreno.

Pero la realidad contradice sus palabras. Lejos de reducirse, las loncheritas aumentan cada mes, y el SIT continúa debilitado, incapaz de cumplir con los contratos de concesión y con la demanda de los pasajeros. La falta de resultados no solo alimenta la informalidad, sino que la legitima frente a los ciudadanos.

RIESGOS EN CALLES

Hace unos meses la Contraloría General de la República alertó que la mayoría de estas unidades opera sin Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT). Como no están reconocidas en el Reglamento Nacional de Tránsito, las aseguradoras se niegan a venderles esta póliza. En su lugar, solo cuentan con seguros de AFOCAT, una especie de seguro regional que han tenido problemas para brindar la cobertura.

Esto significa que, en caso de accidente, los pasajeros no tendrían garantizada atención médica ni compensación económica en situaciones graves o mortales. Viajar en una loncherita no solo es apostar por la informalidad, sino también por la desprotección total frente a un siniestro.

Arequipa, que hace años esperaba modernizar su transporte con el SIT, terminó atrapada en un escenario peor: el de la multiplicación de la informalidad sobre cuatro ruedas, que se mueve al margen de la ley, pero con la venia silenciosa de quienes deberían fiscalizarla.

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