General Benavides: “La extorsión es hoy la mayor amenaza para Arequipa”

Por Jorge Turpo R.

El general PNP Olger Benavides, jefe de la IX Macro Región Policial, destaca las capturas recientes de bandas criminales lo cual ha dado cierta tranquilidad a la ciudadanía, pero reconoce que la labor de inteligencia debe continuar.

LA INSEGURIDAD EN LA REGIÓN

El  jefe de la IX Macro Región Policial Arequipa, general PNP Olger Benavides, analiza los principales desafíos de la seguridad en la región: la captura de un conductor ebrio responsable de la muerte de un niño, el déficit de efectivos frente al aumento del delito, los casos de corrupción que comprometen la imagen institucional y, sobre todo, la amenaza creciente de las extorsiones que hoy se perfilan como el problema más preocupante para la ciudad.

General, empecemos por el caso reciente que ha conmocionado a la ciudad: el conductor en estado de ebriedad que atropelló y causó la muerte de un menor. ¿Cómo se dio su captura?

—La Policía fue alertada del accidente cerca de 40 minutos después de ocurrido. Inmediatamente activamos al equipo especializado en investigación de accidentes de tránsito, al mando del coronel Arguedas, que logró recuperar imágenes de cámaras de seguridad. Así se identificó el vehículo rojo implicado y se siguió su rastro hasta una cochera. Al encontrarnos en un caso de flagrancia, se intervino el local, se verificaron los daños y se capturó al conductor. La prueba cualitativa de dosaje etílico dio positivo y estamos a la espera del resultado cuantitativo, que servirá como agravante. Es un hecho lamentable y aprovecho para expresar mis condolencias a la familia.

El manejo en estado de ebriedad es un problema recurrente en Arequipa. ¿Qué está haciendo la Policía para enfrentarlo?

—Es un problema social muy grave. El alcohol está detrás de muchos delitos: violencia familiar y, por supuesto, accidentes de tránsito. Solo en operativos diarios capturamos entre 18 y 20 conductores ebrios en la región. Y eso sin contar la cifra oculta, los que no detectamos. La única salida es educar desde temprana edad. Por eso tenemos el programa “Mini comisarios”, con niños de 7 a 14 años que se convierten en líderes en sus colegios y corrigen incluso a sus propios padres. Esa es la cultura vial que necesitamos.

¿No influye también la impunidad? Muchas veces se interviene a conductores ebrios, pero quedan libres.

—Ahí tenemos una debilidad en la legislación. Si un conductor ebrio no ocasiona daños, se acoge al principio de oportunidad, paga y queda libre. Hemos visto reincidentes que, pese a sanciones, vuelven a manejar borrachos. Eso debería corregirse con normas más severas.

La ciudadanía reclama más presencia de la Policía de Tránsito. ¿Se podrá reforzar esa área?

—Sí. Reconozco que había déficit, pero ya egresaron 211 suboficiales de la escuela de Charcani. Algunos han sido destinados a provincias, pero la mayoría permanecerá en Arequipa. Están en inducción y capacitación, y tras el evento de Perumin reforzarán el servicio de tránsito.

¿Cuál es el déficit real de policías en Arequipa?

—Cada año egresan alrededor de 250 policías, pero se jubilan 400. Eso nos deja un saldo negativo de 150 a 200 efectivos anuales. Aun así, siempre exijo a mi personal trabajar con calidad y dar resultados inmediatos. El caso del accidente reciente lo demuestra.

Un tema sensible es la corrupción dentro de la institución. ¿Qué pasó con el alférez sorprendido en una camioneta robada?

—Ese caso es muy lamentable. El alférez está siendo investigado en tres instancias: la justicia ordinaria, la militar-policial y la administrativa. Por lo pronto, ha sido separado de la institución. No toleramos esas conductas. El uniforme agrava su responsabilidad, el policía debe ser ejemplo.

Hablemos de las extorsiones. ¿Es hoy el principal problema de seguridad en Arequipa?

—Sí, es lo que más me preocupa. Estamos aplicando inteligencia y técnicas especiales. Ya logramos identificar responsables en casos como el incendio de una llantería, que se produjo por apenas 300 soles de “cupo”. Tenemos operativos en curso contra extorsionadores que actúan desde otros departamentos e incluso desde penales.

Aplican inteligencia y técnicas especiales para capturar a organizaciones criminales.

¿Son bandas locales, extranjeras o mixtas?

—En muchos casos basta un celular y el conocimiento de la víctima. A veces hay cómplices en su propio entorno. También existen organizaciones que cobran cupos. En Arequipa aún no tenemos bandas del nivel de Lima, pero sí células que operan desde penales.

Hace poco se incautaron más de 100 chips que intentaban ingresar al penal de Socabaya. ¿Se extorsiona desde allí?

—Sí, es una de las fuentes. Este año hemos decomisado más de 180 celulares en ese penal. Se investiga quiénes son los destinatarios de esos chips.

En cuanto al sicariato, ¿la detención de 13 implicados ha reducido los casos?

—Sí. Hace semanas no tenemos registros de sicariatos. Pero siempre hay reemplazos, por eso trabajamos con inteligencia. Las capturas recientes de alias “Keider” y “Niño”, de nacionalidad venezolana, evitaron que se integraran a la banda “Los Orientales”.

Se dice que no se captura a los prestamistas “gota a gota” porque pagan cupos a la Policía. ¿Qué responde?

—No puedo negar que en la institución pueda haber malos elementos. Si los descubrimos, serán procesados como delincuentes. El problema con el “gota a gota” es que necesitamos denuncias formales y el seguimiento del dinero. Sin eso, no hay caso. Hemos detenido a extranjeros con pruebas en la mano, pero las víctimas se niegan a declarar.

Usted anunció que visitaría comisarías vestido de civil. ¿Lo cumplió?

—Sí, lo hice y sigo haciéndolo. Así detectamos deficiencias, por ejemplo en la Comisaría de Santa Marta. Además, encontramos policías dormidos en patrulleros en plena Plaza de Armas. Pudimos verificar una atención poco cordial. Eso no se puede permitir. El ciudadano merece empatía y agilidad en sus trámites. Se les envió memorándum a los comisarios para que corrijan y eso afecta en su calificación anual para el ascenso, así que esperamos un cambio de actitud en el personal.

Finalmente, sobre infraestructura policial: ¿qué avances hay con la escuela de Suboficiales de La Joya, el laboratorio de criminalística y la compra de 100 patrulleros?

—La escuela de oficiales de La Joya debe funcionar sí o sí el próximo año, aunque sea inicialmente con cisternas de agua. El laboratorio de criminalística está al 95% en infraestructura y al 40% en equipamiento; el ministro del Interior ha pedido que arranque por etapas, empezando por pruebas de ADN. Sobre los patrulleros, el proceso de licitación se frustró por problemas técnicos, pero confío en que en este tercer intento se concretará. Nos afecta la demora, pero trabajaremos con lo poco que tenemos hasta que llegue el refuerzo.

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