Contaminación ha disminuido la calidad y cantidad.

Redacción Diario El Pueblo

El coloramiento atípico que aún presenta el río Tambo ha golpeado fuertemente a los pescadores de Cocachacra, obligando a muchos a cambiar de sector. Algo que lamenta Dante Suri, presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales Camaroneros y Defensores de Fauna del Río Tambo – Base Cocachacra. Ahora ve menos de 10 compañeros en el corriente, cuando antes eran el cuádruple. La calidad y cantidad del crustáceo también ha bajado. Todo esto a consecuencia de la minería irresponsable y la falta de fiscalización.

“Muchos han tenido que buscar otro tipo de trabajo, en construcción. Hay algunos cuantos nomás que se han quedado. En campo tengo como 7 personas. Éramos 30. Eso ha sido por el coloramiento atípico constante”, puntualizó.

El coloramiento atípico no permite a los pescadores ver bajo el agua; allá prefieren pescar buceando con luz. Asimismo, la calidad y cantidad del crustáceo ha disminuido. “Este es el peor año de pesca de camarón en todo el siglo XXI para nosotros”.

El problema no es reciente. El año pasado, el color irregular del río Tambo encendió las alarmas a nivel nacional, y sin muchas vueltas, se responsabilizó a la mina Aruntani por la presencia de metales pesados en él. La contaminación proviene de la región vecina de Moquegua. Suri Flores afirma que fue la presión del pueblo la que trajo la intervención de las autoridades competentes. Informa que la situación ha cambiado; sin embargo, revertir los estragos no se da a corto plazo. Además, siguen en la incertidumbre de cuál será el estado del río.