Aviador de Arequipa que hizo 20 aeropuertos
Eran tres hermanos varones que fueron aviadores.
Por Carlos Meneses Cornejo
ESPECIALES DE AREQUIPA: Los arequipeños que yo conocí
Los esposos Luis Alberto Cayo Otero y Magdalena Murillo Valdivia tuvieron en Arequipa tres hijos aviadores, el más importante fue Jorge que se casó con Iris León y León, estudiaron en la Escuela de Oficiales de la Fuerza Aérea Peruana (F.A.P.) trabajó en el Ala Aérea Nro 2 que después se llamó de Ala Aérea y finalmente es Tercera Región Aérea y que tiene sus oficinas en los alrededores del aeropuerto Rodríguez Ballón.

Todos saben en Arequipa que cuando fui nombrado presidente de la Corporación Departamental del Desarrollo por el presidente Fernando Belaúnde Terry, tuve anteriores problemas con la entonces existente Policía de Investigaciones del Perú y con la Tercera Región Militar que tenía su cuartel general en la Av. Parra, hoy avenida Vargas Llosa, casi frente a la casa donde nació el nobel.
Esas diferencias se asentuaron y empeoraron cuando desde Correo escribí un editorial protestando por una intervención de policías y soldados en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), cuya radio Universidad fue intervenida y su torre de transmisión derribada con explosivos.
Al día siguiente de la publicación fui llamado por un oficial del Ejército y en la conversación estuvo presente el director del diario El Pueblo, don Pedro Morales Blondet, quien trató de apaciguar el diálogo de protesta, los tratos fueron empeorando cuando al periódico fue el secretario general del SUTEP-Arequipa, Horacio Zeballos Gámez, quien pidió protección, pues se encontraba fugitivo de la Policía.
Los policías reclamaron la entrega del fugitivo y me negué a ningún trato sino me entregaban mandato de juez para hacerlo, ante la negativa de entregar lo que no tenían; yo lo tendría bajo mi alimentación, cuidado y protección al fugitivo, mientras se arreglaba el problema.
Un segundo caso similar el del miembro del partido aprista, Elmer Córdova Alarcón, uno o dos meses después de lo ocurrido con Zeballos Gámez ya las relaciones eran malas, se fueron poniendo peor hasta que llegó la intervención militar en todos los diarios de Lima que fueron privados de la propiedad de sus dueños.
En Arequipa quise defender el local del diario Correo que estaba en la calle Bolívar, pero el gerente general me lo prohibió desde Lima, alegando que ello solo traería muertos entre en nuestra gente, recibidas esas órdenes me regresé a mi casa después de que el prefecto de ese entonces, el señor Enrique Mendoza Taramona, ordenara que me dejaran libre y me fui marchando con un grupo numeroso de canillas que me acompañaron hasta mi casa cantando el himno nacional.
Una mañana de aquellos difíciles días tocó mi puerta de la dirección un general elegantemente vestido con uniforme azul para que lo acompañe a la reunión celebratoria del aniversario de la FAP y cuando le dije que tenía problemas con los militares me contestó que en la Fuerza Aérea eran todos unos caballeros y que ellos no habían participado del golpe, que solo estaban invitados a la junta de gobierno.
Fui a la reunión y tuve que dar la mano a todos los militares sin distinción de que tuvieran el uniforme de la FAP o el verde del Ejército; el aviador llegó a ser teniente general FAP y director general de Formación de la Fuerza Aérea y tuvo un gesto extraordinario con el apoyo de la Aeroclub de Arequipa y apoyo de sus efectivos militares y de los pueblos que colaboraron, pues construyeron mini aeropuertos en la región Arequipa para trasladar a personas en emergencia ya por ser accidentados o estar en malas condiciones de salud para ser llevado, a los hospitales de la ciudad capital y ser atendidos en los nosocomios existentes.

También él contribuyó con sus gestiones para conseguir un avión el North American F- 86 Sabre, avión de caza a reacción fabricado a finales de 1940, y que hasta ahora está en servicio en la zona de Umacollo como un homenaje a la Fuerza Aérea al término de la guerra de Corea. Su hermano Jaime, indeclinable en su condición de arequipeño, formó parte de una representación de la FAP junto con el héroe nacional de la FAP José Abelardo Quiñones Gonzales.
De los tres hermanos, que en algún momento formaron parte de la familia Cayo Murillo, fueron secuestrados a temprana edad por gitanos y que finalmente fueron rescatados por la Policía.
El teniente general Jorge Cayo Murillo falleció en Lima el 24 de julio del año 2000, después de pasar a situación de retiro.
Nunca olvidaré las palabras y su gesto tan caballeroso que evidenció que los miembros de la FAP son realmente respetuosos de la Constitución y de la ley.
