Niños afectados por la tos ferina.

Durante el 2025, el Perú afronta uno de los brotes más severos de tos ferina registrados en los últimos años. Aunque la selva concentra la mayor incidencia, la Gerencia Regional de Salud (Geresa) reportó 38 casos positivos en Arequipa. Solo en la última semana se confirmaron cuatro nuevos contagios en menores que no contaban con vacunación preventiva contra esta enfermedad bacteriana

De acuerdo con el reporte epidemiológico de la Geresa, Arequipa notificó 147 alertas por tos ferina tras la semana 40 del 2025. Aunque 89 casos sospechosos fueron descartados, 38 resultaron positivos y 20 continúan bajo análisis del Instituto Nacional de Salud (INS). Esta situación preocupa, ya que en 2024 la región registró apenas un caso positivo, mientras que ocho alertas fueron descartadas.

«Aproximadamente el 70% restante son casos locales, mientras que el 30% de casos positivos son niños que vienen de otras regiones como Cusco y Puno. Además, varios no cuentan con el esquema completo de vacunación. Un alto porcentaje de casos positivos corresponde a niños que no fueron inmunizados preventivamente contra la enfermedad», declaró Luz Santillana Cuentas, directora de Epidemiología de la Geresa.

Ante este escenario, la Geresa, a través de la Dirección de Epidemiología, ejecuta cercos epidemiológicos para identificar a los contactos cercanos de los infantes contagiados y reforzar la vacunación en zonas con riesgo de transmisión. Santillana Cuentas sostuvo que, ante casos sospechosos de tos ferina, los padres deben llevar a sus menores al establecimiento de salud más cercano para una evaluación oportuna y evitar que la enfermedad siga avanzando.

A diferencia de la casuística a nivel nacional, la especialista de la Geresa subrayó que Arequipa no registra fallecimientos a causa de la tos ferina. Pese a ello, insistió en la importancia de contrarrestar la desinformación sobre las vacunas y mantener medidas preventivas básicas como el uso de mascarilla, el lavado de manos y la exposición solar, para reducir el riesgo de contagios respiratorios en infantes y en la población en general.