Por: Carlos Meneses

“La renovación de cargos en gobiernos regionales, municipalidades provinciales y distritales será un nuevo reto para garantizar la eficacia del sistema democrático y electoral.”

A un mes de elecciones que permitan renovar los gobiernos regionales y municipales de todo el país, la indecisión ciudadana persiste con respecto a quiénes elegir para gobernar estas instituciones descentralizadas, en medio de revelaciones de poca eficacia en el gasto de los recursos económicos que le fueron confiados y que, lamentablemente, tendrán que devolverse al fisco por no haber sido utilizados o por evidencias de que los estudios técnicos previos fueron inadecuados.

Se van a ir los gobernadores que manejaron las regiones durante 4 años, también los alcaldes de provincias y distritos que durante el mismo tiempo condujeron los destinos de sus pueblos que en su mayoría no han sido satisfactorios para los propósitos de quienes votaron por ellos.

En el caso específico de Arequipa, tenemos que lamentar que el periodo de gobierno del señor Elmer Cáceres Llica haya tenido el final que resulta verlo detrás de rejas y abrumado por los desórdenes no solo ocurridos en su gestión sino en los meses siguientes cuando falleció el gobernador accidental y fue elegida, para remplazarlo, su señorita hija que es motivo de cuestionamientos por parte de la opinión pública y particularmente por la prensa que tiene problemas para obtener la información a la que tiene derecho.

Falta todavía saber qué problemas quedarán para la siguiente administración y son dejados por la que se retira. Es de suponer que luego de la elección y posesionados que sean de sus cargos los nuevos gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales se produzcan destapes con relación a los que se van. Lo cual acrecentará las dudas sobre la eficacia de las acciones realizadas y la penitencia que tendrán que pagar los que se equivocaron al escoger hace 4 años.