La primera huelga obrera en Arequipa y los verdaderos sindicatos
En Arequipa, por lo menos hasta 1900, no se había producido levantamiento alguno de los trabajadores u obreros en contra de los dueños de las empresas, a pesar que las condiciones de trabajo, no eran precisamente las mejores, muy por el contrario, había mucha explotación respecto al exceso de trabajo y el bajo salario.
Por: Roxana Ortiz A.
Pablo Raúl Fernández Llerena, ex docente de la Universidad Nacional de San Agustín, decidió investigar cómo es que se produjo una primera “rebelión sindical” en Arequipa y lo documentó en el libro “La primera huelga obrera Arequipa – Mollendo 1902”, donde se detalla quiénes fueron los primeros mártires y los protagonistas, especialmente los artesanos, los que eran una fuerza muy poderosa en la ciudad.
Aclara el docente que este texto ya lo había terminado en la década del 80, impreso con un mimeógrafo para la enseñanza universitaria; pero dice que se “picó” que por el Bicentenario se editaran muchos libros en el país pero no en Arequipa, así que mejoró dicha edición y ahora se ha convertido en una nueva fuente de consulta para conocer detalles de lo que pasó en los primeros años de 1900; quienes constituían la fuerza de trabajo, los empresarios y el boom de las importaciones y exportaciones.
“Por la década del 80, cerca al día del Trabajo, yo dictaba un promedio de 80 conferencias, viajaba invitado a todos lados. Una vez regresé de Camaná con mi balde de machas que me ofrecieron los pescadores porque no tenían dinero para pagarme. Choqué con algunos empresarios, otros me habrían la puerta. Todo hasta que llegó el gobierno de Alberto Fujimori y fueron desapareciendo los sindicatos”, cuenta el ex docente.
Ahora, el ente que representa a los trabajadores, se ha convertido en un sindicato que defiende al Gobierno de turno y se mueve de acuerdo a los intereses de sus dirigentes.
Indica que no muchos historiadores se han dedicado al tema de las huelgas obreras en Arequipa, pues existía muy poca información al respecto. Fue María Nieves y Bustamante en 1901 la primera mujer en convocar a un mitin, el cual considera el autor como racista y clasista, a pesar que convocó a unas 100 campesinas con machete en mano y serrucho, para pedir la cabeza del dirigente liberal Mariano Lino Urquieta, quien finalmente fue excomulgado de la iglesia católica por sus expresiones revolucionarias.
En esa oportunidad, resultaron los tres primeros mártires luego del enfrentamiento, que fueron tres artesanos de la ciudad. El púlpito de las iglesias se había convertido en el lugar de tribuna de los conservadores, incluyendo a la Iglesia, pues tenían por lo menos el 50% de propiedad de las tierras de cultivo, riqueza que fue acumulando por años, gracias a las herencias que le iban dejando los fieles.
Mientras tanto, los liberales como Lino Urquieta convocaban a la población en La Pontezuela, ubicada frente a la calle Mercaderes e inicio de la calle San Francisco. Francisco Mostajo también formaba parte del movimiento que se autodenominó “Socialistas Liberales”. Ellos tenían como voceros al semanario que denominaron El Ariete, mientras que el grupo enfrentado testimoniaba los hechos a través del diario El Deber.
Eduardo López de Romaña, estaba como presidente del Perú, quien envió a Arequipa al coronel José Domingo Parra como Prefecto de Arequipa, quien era considerado como incendiario, puesto que no buscaba el diálogo para llegar a acuerdo alguno. Incluso con Urquieta y Mostajo se desafiaron a la “lucha de caballeros”, donde con el uso de la espada definían sus desencuentros. Urquieta, a quien conocían como el “médico del pueblo” quien trajo a Arequipa el primer equipo de Rayos X, ya había causado la muerte a uno de sus colegas apellidado Franco, por lo que terminó en la cárcel.
La aristocracia arequipeña por esos tiempos sufrió algunos reveses, debido a que en las elecciones resultó como ganador el maestro artesano Santiago Mostajo, padre de Francisco Mostajo, por un símil de 5 votos a 1 al abogado de mucho prestigio Mariano Nicolás Valcárcel.
“En ese tiempo cuando veían que los resultados iban a ser adversos, se robaban hasta las urnas, pero los artesanos se pasaron tres días en su custodia, para evitar que se alteraran los resultados. Estos resultados generaron el mitin convocado por María Nieves y Bustamante que provocó que se anularan las elecciones”, cuenta el sociólogo Fernández Llerena.
Luego en abril de 1901, se convoca a las elecciones para elegir a un Senador, Diputado y los suplentes y se presentaron listas de ambas facciones, liberal independiente y conservadora del Partido Demócrata y del Partido Civil a través de la Liga Municipal; saliendo los mismos resultados, por lo que se generó el descontento, pero sin mayores consecuencias.
En 1902 surgió la primera huelga de los trabajadores del ferrocarril de Arequipa, exigiendo el incremento del sueldo en 10% y la rebaja a 10 horas de trabajo, ya que usualmente laboraban entre 12 a 14 horas diarias. Fue el Prefecto Parra a dialogar con sus dirigentes y les indicó que nombraran a un representante para poder conversar. Ellos le dijeron que su representante era Mariano Lino Urquieta. El Prefecto convenció al jefe del ferrocarril para llegar a un acuerdo.
“Acordaron el incremento del salario, la rebaja a 10 horas de trabajo, pero con la advertencia que si uno llegaba un minuto tarde quedaba fuera de la empresa automáticamente”, cuenta el Sociólogo e Historiador.
LA HUELGA DE MOLLENDO
En Mollendo se habían concentrado las grandes empresas comerciales, la nueva burguesía comercial que se dedica a la exportación de la lana; y las empresas importadoras de diverso tipo de mercadería que luego trasladaban a las diferentes ciudades, casi la totalidad de empresarios de origen español, francés, italianos y turcos, entre otros.
Casas comerciales como Braillard, Casa Gibson, Roberts y Cía, Casa Enmel, Casa Rickets, Stafford, Bize y Escomel Sucesores, El Pacífico, Fósforos El Sol, Compañía de Vapores, Fósforos La Luciérnaga, Said e Hijos, Patem Michel, entre muchas otras que también abrieron tiendas en la ciudad de Arequipa.
Debido a que en Mollendo había mucho movimiento económico, los costos de vida también eran elevados y los que más padecían eran los obreros quienes ganaban muy poco, especialmente aquellos que trabajaban en el Ferrocarril y los beneficios que se había logrado conseguir para la ciudad de Arequipa no les satisfacía, debido a que se trataba de realidades diferentes.
Es así que un par de semanas más tarde, deciden iniciar la huelga exigiendo el 20% de incremento de sueldo y la rebaja a 10 horas de trabajo. Los empresarios solo les ofrecieron pagar 5 centavos por cada tonelada de carga, lo cual fue un insulto para los obreros. En lugar de buscar el diálogo, el prefecto Parra pide que un escuadrón del Ejército viaje para mitigar la protesta y para lograr su objetivo y justificar la intervención, generaron una serie de mentiras, como que los trabajadores habían colocado bombas en diferentes partes del ferrocarril .
En plena plaza de Mollendo donde los ferrocarrileros acataban su huelga, entró el escuadrón de soldados quienes comenzaron a dispararles, generando la muerte de tres personas. El pescador de origen italiano, Francisco Fiascunari, el trabajador ferroviario Mariano Adriazola y una madre de familia Toribia de Bossio; además de decenas de heridos que fueron llevados al hospital El Carmen, que ese día se inauguró.
Después de los resultados de esta cruenta matanza es que se logró los beneficios para los trabajadores; pero según asegura el historiador, fue el cúmulo de años de explotación como ocurría en las grandes haciendas agrícolas.
LOS ARTESANOS AREQUIPEÑOS
Para Fernández Llerena, el papel desarrollado por los artesanos arequipeños en la historia de la ciudad y los sindicatos fue vital, porque se trataba de una gran fuerza social y económica, integrados por los sastres que se ubicaron en la calle Villalba y que confeccionaban los trajes a mano y medida, no solo de ciudadanos locales sino de otros que venían de otras partes del país. Las costureras se ubicaron en la Calle Nueva.
A ellos se suman quienes elaboran todo tipo de materiales en cuero apostados en la calle Puente Bolognesi; los carpinteros ubicados por la calle Consuelo, siendo el primero en abrirse a la primera cuadra de Mercaderes, el padre de Francisco Mostajo quien ya tenía el título de Maestro y es el primero que rebajó a 9 horas de trabajo para los obreros.