Las regiones y el gobierno central
Por: Carlos Meneses
Un cambio de política se advierte en el diálogo del gobierno central con las regiones y debe tener consecuencia, también, en el destrabe de las obras que fueron detenidas u objeto de daño durante el gobierno del expresidente Castillo por la presencia de corrupción.
Ha sido grato comprobar, por el decir del gobernador de Arequipa, que el gobierno central tiene una política de acercamiento con las regiones y de pronta entrega de fondos fiscales para obras que estén debidamente estudiadas y aprobadas por organismos especializados, a diferencia de trato que antes tenían las áreas confiadas a las dependencias sectoriales y que fueron elegidas por el pueblo.
Hay diálogo constante y también permanente asistencia de los ministerios para destrabar obras que estaban detenidas en número de 2 mil en todo el país y no existe más la posibilidad de que dineros del tesoro público no lleguen para continuar lo que está paralizado.
Es una manera distinta de comportamiento que durante la gestión de Pedro Castillo tuvo el Estado y beneficia no solo al propósito descentralista, sino también es una respuesta a la falta de empleo y a la crisis económica de los más vulnerables
A su turno, también, satisface a las regiones y provincias el afán prioritario que se concede a los sectores sociales como transportes, educación y salud, a las propuestas de asegurar lucha contra la corrupción y apoyo a la tarea de policías, fiscales y jueces para intervenir en la forma más rápida posible para sancionar incorrecciones detectadas.
Además, la política dialogante que está mostrando el gobierno evidencia que por lo menos en los próximos años hasta la elección de un nuevo régimen no se modificará y de esta manera se reactivará la atención de sectores prioritarios en todo el país y la adecuada inversión de los fondos públicos.